¿Legalizar la prostitución? «Antes de contestar pido perdón…», entrevista a Isidoro Macías, el Padre Patera

  • Hablamos con Isidoro Macías, por María Parente Mariño y Roberto Carlos Mirás

En el año 2000, un hombre, Isidoro Macías, Isidorito, comenzó a acoger inmigrantes y fue bautizado por los distintos medios de comunicación como el Padre Patera, buscar un lugar, un espacio a todas estas personas que atravesaban el estrecho y dejaban atrás un país de donde procedían. No fue tarea fácil, no había dinero, y el que había era poco. Pero si hablamos de Amor y de Dios como no vamos a ayudar a nuestros semejantes. En el año 2003 entre veintidós europeos; la revista Time le da el Premio a la Solidaridad. En esa instantánea un hombre con una sonrisa, unas sandalias, el mar y una túnica de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca y sosteniendo en sus brazos a una niña que ha cruzado el estrecho, son noticia. ¡Y vendrían más! Pero siempre ante la contrariedad de la vida, en su cara observamos una sonrisa. ¿Cuál es su historia?

Isidoro Macías, conocido como el Padre Patera

 

P- ¿Cómo le llamamos, Isidoro Macías, Isidorito o el Padre Patera?

R- (Sonríe) Toda la gente me conoce como el Padre Patera, pues si preguntas por Isidoro o Isidorito, muchas personas se preguntan: ¿Quién es ese bicho raro que anda por ahí? Han sido los distintos medios de comunicación los que me han puesto el nombre de Padre Patera, pero si te parece hablamos con el nombre que tú quieras.

 

P- ¿Cuánto vale el Padre Patera?

R- Lo que llamamos valer, no vale. Ahora también te cuento una cosa. La política es guarra, ¿verdad? Entonces cuando se quieren sacar una foto conmigo, les digo: “Esa foto vale dos millones de las antiguas pesetas” Ese dinero no es para mi, sino para esas personas que vienen a la puerta.

 

P- ¿Y quienes le vienen a la puerta?

R- Hay personas que vienen por aquí y te dicen que tienen una prima o una parienta y que ha quedado embarazada en Marruecos y al llegar a España, ya no están con su marido. ¿Por qué dicen eso? Me preguntarás. Pues les han dicho que tienen que registrar ese niño o esa niña en el registro civil y tienen que poner el nombre de su padre. Estas personas se encuentran solas en un país que además no es el suyo.

 

P- ¿Qué necesitamos?

R- Dar un poco de testimonio entre las personas que dicen que no, a esto u a lo otro. Hay que ir siempre para delante. Los hombres necesitamos referentes en este mundo tan ligero verdad (sonríe) Ponemos en algunos casos a Dios por delante y nos preguntamos: ¿podemos hacer daño a otras personas? Necesitamos amor entre los hombres y bajo mi punto de vista es lo que Dios quiere. (Sonríe)

 

P- ¿Para estas personas hablar con usted es hacerlo con una persona que tiene dinero?

R- En algunos casos sí. Sabes que dicen, pues que a los sacerdotes y a los frailes –les da el dinero el Gobierno- según algunos, claro. Entonces hay que ponerse serio y a través de un intérprete les digo: “A nosotros quienes nos dan ese dinero, son las personas humildes, son esas personas de la calle que me han escuchado en los distintos medios de comunicación, ahora el Gobierno no nos da nada”

 

P- ¿Y las mafias, son las verdaderas causantes de todo ello?

R- ¡Qué tema… Les dan a estas personas un tiempo para pagar esa deuda que han contraído con anterioridad. Vienen desde Nigeria, pues de Madrid y de Sierra Leona vienen muy pocas mujeres. De Sierra Leona vino en cierta ocasión un señor con un niño pequeñito que nosotros acogimos y venía huyendo de la guerra y a él se unió su señora y llevan en España unos once u doce años. ¡Y les va bien…! (Vuelve a sonreír)

 

P- ¿Usted tiene a su madre viviendo a su lado…?

R- ¡Es cierto! En otras instituciones no tienen a sus padres con los frailes, ahora nuestro fundador fue muy tajante. ¡Hay que obedecerle pues lo padres son los padres, el hermano un poco más lejos, pero los primeros son los padres!

 

P- ¿Es bonito sonreír?

R- Hay personas como sabes que se creen mejor que los demás. Pues allá ellos. Pero estarás de acuerdo, con lo bonito que es dar una sonrisa a una persona. En ocasiones nos encontramos con personas que dicen amén y ya está. Lo bueno, lo bonito es dialogar, aunque tan solo sean dos escasos minutos. Nosotros podemos ser un testimonio para esas personas.

 

P- ¿Y cómo surgió, Padre Patera. Un corazón sin frontera?

R- Sinceramente. No conocía a nadie para escribir un libro. Entonces me puse en contacto con la periodista, Susana Herrera que tiene un programa religioso: “Testigo Hoy” y lo hablamos y ella me dijo: “bueno, pues sí” Ella ha venido aquí muchas veces y ha cogido notas de muchas personas. Le han explicado quién era yo y tras cuatro años, por fin ha llegado el libro.

 

Necesitamos referentes en este mundo tan ligero

 

P- ¿Hablábamos antes de su madre, como se encuentra?

R- ¡Mal! Con noventa y nueve años, ya que vas a esperar. Unas veces va comiendo y otras veces va… Pero bueno, ahí me la tiene Dios, el día menos pensado me dice Dios: “que me la llevo” y le digo, “pues mira”. Nuestro fundador decía siempre: “Sí estamos haciendo caridad con las personas que no conocemos, nuestros padres son los primeros”

 

P- Cómo es posible se preguntan muchas personas que estos inmigrantes que vienen en pateras, son personas que no tienen medios y en muchas ocasiones, tienen no uno ni dos, sino varios hijos. ¿Se puede entender?

R- ¡Es cierto! Y en ocasiones les digo: “¡Hija por qué no pones un poco de remedio, por qué tantos niños¡” Ahora un factor importante es la religión. En este caso es una chica musulmana y dice: “Lo que Dios le da” Y entonces le digo a ella o a otros: “Mira que Dios te dice esto y esto, pero tu no tienes dinero para alimentar a tanta gente” y me responde: “Papá, papá, Dios me da” a lo que le digo: “Dios te da, pero tu tienes que poner un poquito de tu parte”

 

P- ¿Cómo ha sido su relación con el actual Cardenal, Carlos Amigo?

R- Estamos hablando de los años setenta, donde todo un Obispo era no veas tú… Cada vez que había una fecha siempre mandaba comida para los pobres, o el mismo día veinticinco se ponía a comer con los abuelos en la misma mesa. Y había algún abuelo que era ciego y otros como te puedes imaginar tenían sus cosillas y como suele decirse no le daba ningún asco, era uno más. Y me preguntaras: ¿Cómo suelen comer los abuelos? Pues no lo hacen con etiqueta e incluso había dos que eran ciegos.

 

P- ¿Y la moto?

R- (Sonríe) Era joven y me encontraba en Tánger tenía unos veinte años y era necesario que me desplazará a las afueras de Tánger. Ya sabes había la típica clase pudiente de allí y en ese momento don Carlos Amigo, Obispo de Tánger, se enteró de que hacía el trayecto dos veces y al poco tiempo me compró una moto.

 

P- ¿Podemos cambiar el mundo?

R- Es una pregunta muy fuerte, pero si cada uno de nosotros pusiéramos un granito de arena. No sólo hablo de España, aquí contamos con personas buenas que te ayudan un poco. Cuando nosotros llevamos la cuchara a la boca, siempre nos acordamos de otras personas que lo necesitan más que nosotros. Y como son personas, y me han ayudado a mi, no tengo más remedio que ayudarlas.

 

P- ¿De dónde vienen y además vienen huyendo?

R- Hablamos de lugares en donde existen muchas tribus. Tienen un inglés oficial, pero luego nos encontramos con muchos dialectos y no podemos olvidarnos del tema religioso, la religión musulmana, la religión católica y otra que como digo yo se vuelven con los ojos revueltos y parece que se encuentran en la séptima morada. A esos les temo un poco más.

 

P- ¿Usted habrá pasado momentos muy malos?

R- Ese día en que me vienen a pedir y no tengo, no puedo darles nada, Roberto Carlos, lo paso muy mal. Cuando me siento a la hora de la comida, como aunque sea, un pequeño plato de garbanzos, les miro a la cara y para ellos no tengo ¡Lo paso mal! En ocasiones no se como estoy vivo. Ahora hay días en que tengo mucho también.

 

P- ¿Legalizar la prostitución?

R- Antes de contestar pido perdón. Pero ¿no crees Roberto Carlos que una persona puede vivir mejor estando legalizada? Mira barajo y lo comento en mis charlas tres puntos principales: Primero, que sean reconocidas por Sanidad, Segundo, que estuvieran cotizando en la Seguridad Social, y Tercero, cuando fueran mayores tendrían dinero y una paga. ¿Estas de acuerdo Roberto Carlos?

 

Ese día en que me vienen a pedir y no tengo, no puedo darles nada, lo paso muy mal

 

P- ¿No todo es malo?

R- No. Como me has preguntado, de dónde vienen. Mira conozco a una pareja que han comprado una casa aquí en Algeciras y ella llegó embarazada, luego vino su marido, tenían varios hijos y él estaba trabajando, pero la vida…, se ha quedado sin trabajo, pero está motivado no pierden la ilusión y tienen otros hijos. Y ahora se han marchado para que los abuelos puedan conocer a sus nietos. ¡Es precioso verdad! (Vuelve a sonreír)

 

P- ¿El dinero da la felicidad?

R- Mira esa persona que ha pasado por la experiencia, que la vida le ha dado un revés y que ha podido salir, esa persona se conciencia más. Ahora no toda persona que tiene mucho dinero es feliz. Algunos viven como amargados y te lo cuento como experiencia, pues me ven y me dicen: “Usted padre que contento lo vemos siempre” (Sonríe)

 

P- Las personas con que usted se encuentra: ¿Piden mucho o creen que aquí lo van a encontrar todo?

R- En ocasiones me pongo serio, pues no sólo me piden un plato de comida, sino que quieren que les dejes dinero para poder viajar y entonces hay que hacer de tripas corazón y ponerse serio. Tengo es cierto, para un plato de comida, pero no para un billete.

 

 

  • María Vallejo-Nágera y Estrella de la Mañana

Colaboró con la escritora, María Vallejo-Nágera en un bello libro, “Luna Negra” (Belacqua), en donde Ameka una joven nigeriana a su llegada a España se encuentra con el hermano franciscano y este le abre una puerta a la esperanza. Un viaje marcado por las diferentes situaciones de peligro, hambre y muerte. La joven dará a luz a un bebé, al que llamará Estrella de la Mañana. Mujeres denominadas por él- “como morenas, como mis panochitas- lo dice cariñosamente, mujeres que llegan cruzando el estrecho con pateras. Están embarazadas, otras han muerto ahogadas en las tormentas del estrecho” Y lanza una pregunta… “No entiendo por qué nos lo ponen tan complicado” e invita a los políticos, a salir de sus despachos y que conozcan la realidad de primera mano. “¿Por qué cuando tuve tantas mujeres no vinieron a darme mantas?” Y añade: “A veces los de Sanidad me dicen: Padre esto no puede ser” y él les responde: “prefiero tenerlas en mi casita con goteras que verlas ahí tiradas en sitios peores, con sus barrigas a punto de dar a luz o con bebés de días”. 

  • ¿Quién es el Padre Patera? 

“Tengo el ejemplo de mis padres que se querían mucho. Mi padre era minero en las minas de cinc. Éramos muy pobres. Los años cuarenta y cincuenta eran muy distintos. Muchas veces mis padres se quedaban sin comer para dárnoslo a nosotros”. Nacido en un pueblecito minero de Huelva, a los 16 años fue destinado a Ceuta para realizar la mili. Allí conoció al fundador de su orden el Hermano Isidoro Lezcano y al concluir la mili funda en Tánger con el hermano Isidoro, la primera casa de acogida de los hermanos franciscanos de la Cruz Blanca. Se traslada a Cáceres en donde cuida a niños con deficiencias mentales. En 1982 se traslada a Venezuela y Costa de Marfil y tiempo más tarde por fin a Algeciras.

  • Su labor… 

Los Franciscanos de la Cruz Blanca desarrollan en Algeciras un triple programa de atención a las necesidades de Alojamiento, Manutención y cuidado de las personas mayores en la Casa Familiar, Virgen de la Palma. Atención a mujeres inmigrantes que llegan en pateras embarazadas o acompañadas de sus hijos. La mayoría nigerianas residen en dos casas contiguas a la planta baja. Entre los años, 2000 y 2003 fueron acogidas unas 130 por el Hermano Isidoro. “Creo que nosotros estamos haciendo la voluntad de Dios y ¿quién puede cuestionar la ley de Dios? Si alguien viene en busca de acogida, desde luego nosotros se la brindamos” Añade.

 

  • Por Maria Parente y Roberto Carlos Mirás

Roberto Carlos Mirás y María Parente. Autora: Sole Morais Vicente

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