Guía voluntario por amor al Santuario de As Ermitas

  • José Vega: “Lo que más me emociona es el milagro que provocó la construcción del templo y lo que más me gusta es promocionar el conjunto monumental”

Con un grupo de visitantes

 

José Vega Martínez es presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de las Ermitas. Su fervor por el Santuario de la Virgen de  As Ermitas,  situado en el municipio de O Bolo, le ha llevado a ejercer como guía voluntario de este monumento en fechas señaladas como Semana Santa y el verano desde 2014 hasta la actualidad, de forma desinteresada, por amor al Santuario y sólo con el afán de dar a conocer y promocionar el templo.

José Vega, que también es concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de O Bolo, desempeña dicha tarea al margen de su faceta política. Conoce al dedillo la historia del Santuario de la Virgen de As Ermitas. Es un libro abierto de todos y cada uno de los elementos que conforman el conjunto monumental. No en vano fue la persona que guió la visita del mismísimo presidente de la Xunta por este monumento en agosto del año pasado.

José Vega explicando detalles del santuario

 

Vega cuenta cada detalle con un entusiasmo y pasión que contagia de interés a los visitantes. Afirma que el templo recibe mayor volumen de visitantes en Semana Santa y en verano y que proceden no sólo de España sino de países como Argentina, Méjico, Mozambique, Kenia, entre otros muchos.

Y aunque el Concello de O Bolo acaba de incorporar un guía turístico, Vega seguirá brindándose a guiar las visitas por el Santuario de forma voluntaria, involucrándose como hasta ahora de lleno en lo que más le apasiona: difundir la historia del templo.

José Vega, a la izquierda, frente al Santuario

 

Es guía voluntario del santuario, ¿lo hace por amor al santuario y a su tierra?

Sí.  Llevo desde 2014. No cobro nada. Soy de As Ermitas. Estoy muy ligado al Santuario. Cuando era niño, a los 5 años,  ya era monaguillo en este templo. Estudié cuatro años en el seminario menor que entonces tenía el templo y después me fui a Astorga.  En Semana Santa, por ejemplo, realizo visitas guiadas desde la mañana hasta la noche. Y lo hago con muchísimo agrado. Hasta el templo vienen personas de todo el mundo, desde Galicia y otras regiones españolas, hasta de muy distintos países.

 

Se sabe al dedillo la historia del santuario

Sí, he leído muchos libros, sigo leyendo y tengo algunos muy antiguos del santuario. Lo que me gusta es promocionar el santuario, que se conozca la historia de uno de los templos más relevantes de España. A los visitantes les enseño todo: cuadros, altares, el atrio; les cuento todo lo que sucedió, la historia de cada una de las piezas que conforman esta maravilla del patrimonio. Una visita muy completa me puede llevar hora y media. Ahora mismo estoy leyendo un libro sobre la reforma de la fachada en 1713 pues tenía algunas dudas sobre la misma que ya he aclarado.

 

¿Qué es lo que más le emociona cuando ejerce como guía?

Lo que más me emociona es cuando explico el milagro que hizo la Virgen de As Ermitas al que fundó el santuario, a Don Alonso Messía de Tovar, un obispo de la Diócesis de Astorga, que era de Villacastín (Segovia). La Virgen lo curó cuando estaba gravemente enfermo.

José Vega explicándole al presidente de la Xunta detalles de la historia del Santuario

 

¿Y cómo fue este milagro?

Messía de Tovar nunca había estado en el santuario, pero sabía de los milagros que hacía la Virgen. Haciendo una visita pastoral a la zona y estando en San Miguel de Bidueira (Manzaneda) se encontró enfermo. Llamaron al médico de Monforte de Lemos (aquí no lo había) y avisaron a su familia a Villacastín.  El doctor lo examinó y el diagnóstico fue que la vida del obispo corría mucho peligro, tenía la temperatura muy alta y el médico no podía medios para bajársela. Tenía las horas contadas en la tierra.  El médico se retiró de la habitación para dejarlo descansar y el obispo, al ver que estaba desahuciado por los remedios humanos, recurrió a los divinos.  Con fe y de todo corazón le pidió a la Virgen de As Ermitas que si Jesucristo lo tenía a bien, que le alargase la vida en la tierra y que si no, no deseaba la vida. Y se le apareció la Virgen de As Ermitas, le impuso las manos sobre la frente y lo curó. Cuando entró en la habitación el médico y los familiares para ver cómo estaba se quedaron sorprendidos: lo vieron sentado en la cama y haciendo movimientos con las manos. El médico volvió a reconocerlo y dijo: está curado, tiene la temperatura  y pulsaciones normales.  Al tercer día, el obispo se presentó en As Ermitas y se puso delante de la talla de la Virgen. Cuando vio su imagen se dio cuenta que era la misma Virgen que se le había aparecido y le había curado. Fue entonces cuando vio que tenía una capilla muy humilde y pequeña y decidió dar los pasos para que se construyese un templo más grande donde poder rezarle y cantar alabanzas. Y decidió iniciar las obras del Santuario, en 1624. Sólo las inició. Doce años después del milagro, en 1636, murió, a los 75 años. Después hubo obispos y sucesores que finalizaron el santuario. Llevó más de 140 años la obra para dejarla como está hoy.

 

El santuario de As Ermitas es un monumento único y está situado en un lugar privilegiado, ¿qué destacaría?

Sí, de una belleza extraordinaria y de un valor artístico y patrimonial muy grande. Destacaría todo del mismo. Y ahí está su Vía Crucis, con 15 capillas y 57 tallas religiosas del XVIII, prácticamente único pues sólo hay dos más similares en toda Europa, el de Bon Xesús de Braga (Portugal) y el de San Carlos Borromeo de Milán (Italia).

 

Usted es un hombre creyente

Sí, por eso cuando cuento el milagro a los visitantes del Santuario hay gente que piensa que soy cura.

Con un grupo de visitantes, la pasada Semana Santa

 

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