“Y AL FINAL”

  • Por Juan «El letrastero» desde su sección “Acuéstate y suda”

 

Ponerle fin a la banda sonora de varias generaciones con un epitafio teñido de explícita retranca galega, no hace otra cosa que, elevar un par de palmos por encima del piso más alto del universo del rock a la banda de Vigo por excelencia: Siniestro Total.

Autor: Beninho

 

El tiempo, ha sido el testigo presencial de toda esa carrera musical; con sus ascensos al Olimpo y sus respectivos descensos a las parcelas de Pedro Botero, pero siempre evidenciando que, nosotros, como seguidores que fuimos, somos y seremos, también apilábamos de forma gradual y con la regularidad que marca el calendario, cascotes derribados de nuestra juventud. Ahora, que toca extender al júbilo sonriente sobre las jarapas del sarcasmo, Siniestro Total no es que se hayan soltado de nuestra mano para descansar eternamente, sino que nos la han seccionado. Apostaría a que ha sido con un disco de los Rolling Stones, pues tienen los cantos más afilados. Aunque, seguro que algunos de los que estéis leyendo este homenaje afirmaréis que más bien de los Shadows.  Para otra quedan los aplastamientos de piano. ¡Ah! Otra curiosidad: antes del accidente que dio nombre a la banda, se hacían llamar Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano.

 

Antes del accidente que dio nombre a la banda, se hacían llamar Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano

 

Pero bueno, a lo que iba: hubo un verano, concretamente el del 1992, en el que Siniestro Total fueron algo más que el acompañamiento musical en fiestas de pueblo, de garaje, de trayectos a pie… con eses incluidas y hermandades del beber breve y del no seas berebere. Y por supuesto, en atardeceres crepusculares a los pies del mirador de A Pena. En ese agosto, nuestro compás no lo marcó el “Nainonaino ná” de Los Manolos, sino el “Churubeiba churubap” de los Ramones de Samil, entiéndase… Siniestro Total. Y encima luego, los disfrutabas cuando visitaban cualquier sala de tu ciudad. La experiencia era como si alguien de la familia viniese a verte, porque ellos representaban esa célula de la sociedad moderna.

Reconozco que, a medida que pasaron los años, nunca conseguí ni quise separarme de esos vinilos. Es más, creo que entre aquellas irreverentes, cínicas, y en ocasiones falsamente crueles letras, se hallaba un tesoro lírico del cual aprender bastante más de lo que a simple vista pudiera parecer. El disco en directo “Ante Todo Mucha Calma” que poseía el Bar Mirasierra: templo y casa para muchos, sufrió una abusiva sobreexposición a la aguja y al plato. Regalándonos una ristra de canciones de gran validez sensorial para nuestros oídos. No sé si éramos conscientes, pero con cada una de sus r.p.m… o vueltas, no nos vayamos por las ramas ahora; nos recordaba que la noche se había lanzado sin frenos y cuesta abajo por la rampa del disfrute. Porque visto ahora, aquello era un karaoke grupal e improvisado. Ríanse de todo, incluso de nosotros mismos, porque eran años locos, en los que nos daba igual que el Columbia aterrizase en el tejado de casa, o que ya no quedasen trilobites en el mar. Nosotros, presentíamos que aquel verano nos tenía reservada una  morriña eterna, la cual nos invadiría al estar lejos de esos quejosos pinos y sin poder escuchar aquellos alalás.

 

Ríanse de todo, incluso de nosotros mismos, porque eran años locos, en los que nos daba igual que el Columbia aterrizase en el tejado de casa, o que ya no quedasen trilobites en el mar

 

Al cancionero de Siniestro Total se le llegó a tachar de irreverente, polémico y en ocasiones absurdo. Sin embargo, muchos de esos que ahora reniegan de aquellos himnos, desconocen que por ejemplo Lynyrd Skynyrd se asombraron al ver que su “Sweet Home Alabama” les reportaba una considerable cantidad de dinero a modo de royalties por culpa de la banda viguesa y su archiconocida adaptación titulada como “Miña Terra Galega”. Otra curiosidad, sí, la habremos cantado miles de veces con la garganta engrasada de: kalimocho, whisky, birra, Peppermint … y con otros tantos litros de convencimiento feroz, pero ……  ¿Alguien sabe de dónde nace la referencia a los kafkianos del Jaján?  Pues según leí en una entrevista, provenía de un compañero de trabajo del padre de Julián Hernández (alma mater del grupo, junto a Miguel Costas). El Jaján es un monte justo al otro lado de la ría y en el que se encuentra el repetidor de televisión. Este compañero del señor Hernández, que no había leído a Kafka ni por casualidad, le solía decir a uno de los aprendices del taller que era un kafkiano del Jaján (Xaxán en galego) ¿¿¿???  Bastante más coherente y cargada de realismo se antoja la frase que solía decir un amigo de esos de tira él de mí, no tiene importancia quién tira de quién: “Vamos como los mirlos canadienses.” ¿Y cómo iban los mirlos canadienses? Pues de lado. Volaban de lado.

Míticos son los protagonistas que habitaban sus canciones. Está claro que a muchos nos acompañarán como lo que son, personajes de ficción a los que dimos vida a viva voz. Ya fuese Mario (Encima del armario), Dolores (La chica boomerang), Assumpta (Una chica muy mona…), Emilio Cao, Almudena, etc.  No se amilanaron en desarmar también al rayo finlandés de la F1, Keke Rosberg.  Osaron incluso chivarnos que a Brian Ferri le olía el aliento. Y se permitieron el privilegio de tutear y advertir al Ayatollah.

Autor: Rubén G. Herrera

 

El universo de Siniestro Total no se irá, porque los buenos momentos siempre se quedan colgando de un brazo en esa escuadra que enmarca la memoria colectiva de los que un día nos entregamos a la afonía con irónicas salves a un Conselleiro, para más inri rianxeiro. A su vez, Marco dejaba que sonase en su bar el “Miami Vice Theme” a modo de preludio, de la misma manera que un dinamitero prendería la mecha mirando de reojo la dinamita lista para explotar.

Curiosidades del destino. Siniestro Total, los reyes de la ría de Vigo se presentaron en su último concierto, esta vez en  Madrid, con un saludo tan fino como agudo: ¡Buenas noches Santander! Haciendo gala de esa retranca galega que, durante cuarenta años enarbolaron por toda la península. Y se despidieron con un: Lo sentimos mucho, no volverá a ocurrir proyectado sobre el escenario, mientras sonaba de fondo su mítico salmo de despedida “Que les corten los huevos”. A Siniestro Total nunca les pediremos explicaciones, porque han sabido disculparse con la elegancia magnánima de la que sólo unos pocos son propietarios. Pocos son los llamados y muchos los elegidos para ser héroes del proletariado, que cantaban como una declaración de principios, abriendo aquel “Me gusta como andas” de un lejano 1988. Pero lo admirable es que sigamos siendo los mismos de aquel entonces. Fieles a una manera de vivir. Y con la consumada actitud de ver todo desde esa esquina en la que se le dice adiós a la tierra y al sol, pero no al Rock And Roll. Porque nosotros somos seres racionales, sí, de los que toman las raciones en los bares… y sabemos de nuestros males.

 

Pocos son los llamados y muchos los elegidos para ser héroes del proletariado, que cantaban como una declaración de principios, abriendo aquel ‘Me gusta como andas’ de un lejano 1988

 

P.D. A colación del último párrafo;  no sé si me estoy planteando una ecuación con varias incógnitas o qué carallo: “… No volverá a ocurrir”, “Explicaciones (¿De qué?)”“La ría de Vigo-Sanxenxo conection”, “Que les corten los…”. Uf, no creo que nos merezca la pena echar mano al Teorema de Rouché-Frobenius, pues no nos urge ahora mismo descubrir la solución. Descuidad, que ya la sabemos. Lo que nos apremia es resolver tanta sinvergonzonería expuesta en nuestros morros y no pasar olímpicamente como unos meros espectadores de… regatas, por decir una modalidad cualquiera, o no. Por si acaso, menos mal que nos queda Portugal y no Abu Dabhi.

¿Qué quiénes somos? ¿Qué adónde vamos?  Somos los que hacen el balance de los daños…

Somos Siniestro Total.

 

Y se despidieron con un: Lo sentimos mucho, no volverá a ocurrir proyectado sobre el escenario, mientras sonaba de fondo su mítico salmo de despedida “Que les corten los huevos”.

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