Un idealista en el campo de la novela

Roberto Carlos Mirás Mirás

Roberto Carlos Mirás Mirás

 

“Como un asesinato, la historia va dejando sus huellas. El historiador la rastrea y al final, logra reconstruir la escena del crimen: el móvil que lo impulsó; los personajes que intervinieron y sus consecuencias” (La historia como crimen, Alberto de Frutos)

Está descripción es quizás la que más nos acerca a nuestro joven protagonista Alberto de Frutos (1979) Un autor en donde se mezclan, los sentimientos cargados de emoción, el corazón y las palabras. Se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, amplió sus conocimientos con varios cursos de Literatura Comparada y Teoría de la Literatura y cosas del destino desde hace ya algunos años ejerce como redactor jefe de la revista Historia de Iberia Vieja, amén de colaborar como crítico literario en varios portales y publicaciones periódicas.  Compaginar todo lo anterior con la novela, con los relatos, con los cuentos y con las reflexiones es esa luz que parece llevar en su vida. Habla poco de sus obras, de sus premios; en esencia de su obra, quizás se deba a que son las palabras las que deban hablar, deban contar, ayudar a cada lector con sus interrogantes y afirmaciones…

Ha recibido muchos premios entre ellos el “Fernando Quiñones” de cuento y el premio de relatos de viajes de “El País Aguilar” amen del Primer Premio Cuarto Certamen Javier Espinosa en 2008 por su novela, “Otros Ojos” y entre sus obras publicadas nos encontramos con “Selva de Noviembre” “Réquiem” y “El beso de la señora Darling” Y quizás las palabras de Alberto Manguel (autor de “Una historia de la lectura” Lumen o de reciente aparición: “Para cada tiempo hay un libro” Sexto Piso) sean unas reflexiones oportunas para describirlo  de nuevo, “Ninguna literatura es unánime: cada autor, cada libro, define una visión del mundo íntimo y particular que refleja y altera las otras” Pero por qué lo hemos denominado, “Un idealista en el campo de la novela” ¿Cuál ha sido el motivo? En la editorial Cydonia publicó en su momento “Utopías. Crónicas de un futuro incierto” Doscientas diecisiete páginas en donde a modo de reflexión y de llamada nos parece querer dar luz a sus lectores como así salvando las distancias hicieron otros…

En una sociedad de esclavos, un solo hombre, el Jefe Supremo, ostenta el poder absoluto y decide sobre la vida y la muerte de sus súbditos con total indiferencia. La manipulación de las mentes, el control de la memoria y el dominio ejercido sobre las almas marcan la política de un Estado corrupto y arbitrario, que solo conoce un recurso para acabar con la oposición: la más cruel de las tiranías.  Por eso ese titular… Un idealista.  Otros autores, otras Obras similares, comparables, idénticas, parecidas que con el correr de los tiempos se han convertido en una realidad con visos de verdadera actualidad. Otros autores y otras obras como Aldous Huxley (1894-1963) con su “Un Mundo Feliz” o George Orwell (1903-1950) y su “1984” Entre otros autores ¿Cómo llegaron a describir con sus palabras algo que está sucediendo actualmente? Muchas preguntas y respuestas en ocasiones difíciles de contestar o que no queremos contestar. Al leerlo nos acordamos de nuestro paisano, Álvaro Ruibal, Ero (1910-1999) y su “Gente de paso” (Sotelo Blanco) En donde también aborda temas sino similares,  cercanos aunque lejanos en el tiempo.

Alberto de Frutos

Alberto de Frutos

 

Y otra de sus aportaciones, “Familias estructuradas” (Paréntesis) Un libro como el anterior, pero de otra forma, con otro contenido en donde el autor nos acerca a lo que somos, a lo que fuimos y según los lectores al leer el mismo a lo que seremos… ¿Cuántas veces leemos algo sobre nuestras vidas cotidianas?, ¿Cuántas veces oímos o decimos que ha sonado el despertador? Nuestro autor más que escribir reflexiona sobre la vida, pero con un folio en blanco que parece rellenar al amanecer y cuando cae la noche. Esos sentimientos que a nadie cuenta o que no quiere contar.

Da la impresión de que lo hace al escribir y rellenar esas páginas en blanco que con el paso del tiempo serán una nueva obra casi escrita sin querer, sin intención como si la mente misma la estuviera escribiendo: “Decía el poeta que: “envejecer, morir, es el único argumento de la obra. Pero en este libro asoman otras verdades más agradables. Por qué la esencia de estas páginas es la vida o, mejor, las vidas. Vidas como las demás, anécdotas y situaciones comunes: aquí un amor, allá un regalo o un viaje, más allá una decepción… Lo que vemos todos los días en la calle”

Cuentan que en una ocasión a un periodista reconocido le preguntaron: ¿Cuántos premios Nobeles ha habido? Hizo una pequeña reflexión, se quedó pensativo unos minutos y respondió: Esa misma pregunta os la puede responder Alberto de Frutos de Historia de Iberia Vieja, seguro que la sabe. Y es ahora cuando en Autores Premiados. Colección Galardón de Narrativa pública “Tiempos y costumbres” Al leer este nuevo trabajo con detenimiento y sin que nadie lo diga parece una continuación de libros anteriores, de historias anteriores, de vivencias anteriores o de esos yoes anteriores que hemos dejado cada uno de nosotros por el camino y el autor vuelve la vista atrás; retrocede por un momento como si estuviera en esa máquina del tiempo imaginaria que todos tenemos, pero que nadie utiliza, esa memoria para desmemoriados.

En París, apenas nevaba, y el Sena fluía aletargado, a diferencia del Volga, cuyo nombre presagiaba una odisea como la de Homero. Había húsares en París, pero no cosacos, y tampoco podíamos presumir de haber sido la antigua capital tártara. Me gustaba Hugo, pero prefería a Pushikin y Gogol”

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Un conjunto de dieciséis relatos que conforman la mitad primeros premios en certámenes relevantes en el panorama literario nacional como el XIII certamen de creación Joven Ciudad de Almería y los otros restantes segundos premios, accésits y distinciones literarias en reconocidos certámenes de narrativa como el Premio Biblioteca Infante Elena de Sevilla.

Mi madre y mi hermana murieron en un accidente de coche. Un Kamikaze se estrelló contra su vehículo y fallecieron en el acto. Es curioso, pero cuando mi madre me llamó y me lo dijo, tuve la sensación de que les había fallado, como si la muerte no pudiera violentar la burbuja inmaculada y perfecta que había construido a mi alrededor

Sucesos que suceden todos los días y a todas las horas y en todas las partes del globo terráqueo, pero nadie ha utilizado una cámara de fotos o una máquina de escribir para dejarlos registrados como si de una crónica periodística se tratara, pero insistimos ha faltado alguien, alguien con memoria, alguien con ese disco duro que lo pudiera registrar y llenar ese papel en blanco que todos tenemos, pero como sucede a menudo. No somos capaces de rellenar. “Dejémonos de hablar de cuentos, de relatos, de crónicas periodísticas, dejemos de hablar de libros  y con ayuda de los mismos escribamos y saquemos de nuestro bolsillo esa agenda o ese diario que todo deberíamos de llevar” parece querer decir nuestro autor.

 

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