RESUMEN EJECUTIVO
El uso intensivo de plásticos en actividades agrarias, ganaderas y forestales ha generado un nuevo tipo de residuo persistente en el medio rural: los residuos plásticos de origen agrícola, también conocidos como agroplásticos. Invernaderos, acolchados, sistemas de riego, envases de fitosanitarios o silo-bolsas son solo algunos de los elementos cotidianos que, una vez agotada su vida útil, se acumulan sin una gestión adecuada, provocando impactos ambientales, sanitarios y económicos.
Este estudio analiza el problema de los residuos plásticos en entornos rurales de la España Verde (Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi), con el objetivo de identificar iniciativas de economía circular que estén abordando este desafío de forma sostenible. A través del análisis de casos reales activos entre 2022 y 2024, se ofrece una visión comparativa sobre modelos de recogida, reutilización, reciclaje y valorización de plásticos agrícolas, explorando tanto soluciones impulsadas por administraciones públicas como estrategias lideradas por cooperativas, empresas o comunidades locales.
Los datos recopilados revelan una baja integración de la gestión circular de plásticos en el sector primario. La mayor parte de los residuos generados siguen gestionándose como residuos sólidos urbanos o, en el peor de los casos, se abandonan, se queman o se entierran. Las zonas rurales carecen, en general, de infraestructuras específicas para recogida selectiva, y existen barreras económicas y logísticas que dificultan el cierre del ciclo.
Pese a ello, el estudio documenta al menos nueve experiencias innovadoras que demuestran la viabilidad de un enfoque circular en el manejo de plásticos agrarios. Estas incluyen sistemas de recogida puerta a puerta, instalaciones móviles de clasificación, acuerdos entre productores y recicladoras, y proyectos piloto de sustitución por bioplásticos compostables. En varios casos, se ha verificado un triple impacto positivo: reducción del volumen de residuos abandonados, disminución de costes para los productores y generación de nuevos nichos de empleo verde.
El documento concluye con un conjunto de recomendaciones políticas, técnicas y organizativas para replicar y escalar las prácticas más efectivas, subrayando la necesidad de articular un sistema integral que reconozca el residuo plástico agrícola no solo como un problema ambiental, sino como una oportunidad para avanzar hacia una bioeconomía rural circular, resiliente y justa.
1. INTRODUCCIÓN
La irrupción masiva del plástico en el mundo rural ha transformado los sistemas agrícolas y ganaderos en las últimas décadas. Su bajo coste, durabilidad, impermeabilidad y ligereza han convertido a los materiales plásticos en componentes esenciales para múltiples funciones: protección de cultivos, conservación de alimentos, canalización de agua, envases, herramientas o señalética. Sin embargo, esta utilidad operativa ha traído consigo una externalidad creciente: la generación de residuos plásticos persistentes y, en muchas ocasiones, no gestionados adecuadamente.
El impacto de estos residuos va más allá del ámbito ambiental. La presencia de plásticos en los suelos agrícolas, cursos de agua o márgenes de caminos altera los ecosistemas, amenaza la biodiversidad, contamina los alimentos y socava la imagen de sostenibilidad del sector primario. En muchas zonas rurales, los residuos plásticos visibles —como acolchados degradados, bidones abandonados o redes rotas— se han convertido en una estampa habitual, generando preocupación social e institucional (González et al., 2021).
En España, se estima que el sector agrícola genera más de 300.000 toneladas anuales de residuos plásticos, de las cuales solo una fracción se recupera adecuadamente (Cicloplast, 2023). Esta cifra incluye productos como films para invernaderos, tuberías, cuerdas, envases de productos fitosanitarios, mallas antigranizo, plásticos de silo y otros materiales asociados a la actividad agraria. Aunque existen marcos regulatorios para la gestión de algunos de estos residuos —como los sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP)—, su implementación en entornos rurales dispersos y con menor densidad de productores presenta importantes desafíos logísticos, económicos y culturales (MITECO, 2022).
El contexto de la España Verde, con su estructura minifundista, elevada pluviometría, predominancia de pequeñas explotaciones y alto valor ecológico de sus paisajes, representa un escenario crítico. A pesar de la menor presencia de macro-invernaderos o agricultura intensiva respecto al sur del país, el uso de plásticos es significativo en actividades como el silaje, la horticultura de montaña o el envasado agroalimentario artesanal. Además, la falta de infraestructuras específicas y la escasa visibilidad del problema en los planes de desarrollo rural han contribuido a una respuesta fragmentaria e insuficiente.
En este escenario, la economía circular ofrece un marco de acción necesario. Más allá del reciclaje, implica repensar el ciclo completo del plástico: desde el diseño de materiales biodegradables hasta modelos cooperativos de recogida, pasando por incentivos económicos y soluciones tecnológicas adaptadas al medio rural. Existen ya experiencias internacionales que demuestran que es posible establecer sistemas de recogida selectiva eficientes en zonas poco pobladas, siempre que se articulen bajo modelos de gobernanza compartida, con apoyo técnico y financiación pública adecuada (OECD, 2021).
Dentro de la España Verde, han empezado a emerger iniciativas locales que apuestan por circuitos cerrados de gestión de residuos plásticos agrícolas. Desde cooperativas que agrupan residuos para lograr economías de escala en el reciclaje, hasta proyectos piloto de sustitución de plásticos convencionales por bioplásticos compostables en huertas comunitarias, estas prácticas muestran un camino posible hacia una gestión más sostenible. Sin embargo, muchas de estas experiencias se encuentran en fases piloto, dependen de subvenciones puntuales o no han sido sistematizadas ni evaluadas con rigor.
Este estudio se plantea como una contribución a ese necesario esfuerzo de sistematización. Partiendo de una revisión bibliográfica y normativa actualizada, así como del análisis de ocho casos reales implementados entre 2022 y 2024 en Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi, se busca identificar barreras y palancas clave para avanzar hacia un modelo circular de gestión de residuos plásticos en el campo. La selección de territorios responde a una lógica comparativa dentro del espacio atlántico rural español, priorizando iniciativas replicables, públicas o comunitarias, con impacto verificable y continuidad mínima de dos campañas agrícolas.
En términos metodológicos, se ha optado por un enfoque cualitativo-comparativo, complementado con datos cuantitativos sobre volúmenes de residuos, costes asociados, ahorro potencial y creación de empleo vinculado a la circularidad. Las fuentes incluyen entrevistas semiestructuradas con responsables técnicos, análisis de documentación oficial y contraste con datos de organizaciones como ENPLEG, Cicloplast o las redes regionales de desarrollo rural.
Este artículo se inscribe, por tanto, en la serie “España Verde Rural 2025”, y da continuidad a los trabajos previos sobre agroecología, bioeconomía y residuos en zonas rurales. Su finalidad no es solo exponer el problema, sino generar conocimiento aplicable para responsables públicos, técnicos de desarrollo rural y agentes del sector primario interesados en una transición circular efectiva, realista y territorialmente enraizada.
1.1 Objetivos del estudio
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Identificar los principales tipos de residuos plásticos presentes en zonas rurales de la España Verde.
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Analizar las estrategias actuales de gestión, sus limitaciones y externalidades.
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Documentar experiencias reales de economía circular aplicadas al manejo de plásticos agrarios.
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Proponer recomendaciones viables para avanzar hacia modelos sostenibles, replicables y económicamente viables en el contexto rural.
GLOSARIO
Agroplásticos
Materiales plásticos utilizados en actividades agrícolas o ganaderas, como films para invernaderos, tuberías de riego, silo-bolsas o mallas de protección.
Bioeconomía
Modelo económico que utiliza recursos biológicos renovables de manera sostenible para producir alimentos, energía y productos industriales.
Bioplástico
Material derivado de recursos renovables (como almidón, celulosa o algas) que puede ser biodegradable o compostable, dependiendo de su composición.
Circularidad
Principio de la economía circular que busca mantener los recursos en uso el mayor tiempo posible, minimizando residuos y regenerando sistemas naturales.
Economía circular
Modelo económico que prioriza la reducción, reutilización, reciclaje y valorización de materiales para cerrar los ciclos de vida de los productos.
Fitotóxicos
Sustancias tóxicas para las plantas, como los residuos de productos fitosanitarios presentes en envases mal gestionados.
Gestión integral de residuos
Conjunto de acciones orientadas a reducir, recolectar, clasificar, tratar y valorizar los residuos de forma coordinada y sostenible.
Plásticos de un solo uso
Productos plásticos diseñados para ser utilizados una sola vez antes de ser desechados, como envases, bolsas o embalajes agrarios.
Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP)
Principio normativo que obliga a los fabricantes a hacerse cargo de la gestión de los residuos generados por sus productos al final de su vida útil.
Valorización
Proceso mediante el cual un residuo se convierte en un recurso útil, ya sea mediante reciclaje, compostaje o recuperación energética.
2. METODOLOGÍA
Este estudio adopta una metodología cualitativa de tipo exploratorio-descriptivo, reforzada con herramientas de análisis comparativo multicaso. La elección de este enfoque responde a la necesidad de comprender no solo la dimensión cuantitativa del problema de los residuos plásticos en el medio rural, sino también los factores contextuales, organizativos y culturales que condicionan su gestión y la adopción de soluciones de economía circular.
2.1 Criterios de selección territorial y temporal
Se ha trabajado con casos reales localizados en la denominada España Verde, concretamente en zonas rurales de Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi. La elección de estos territorios responde a tres factores principales:
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Representatividad ecológica y agraria: diversidad de usos del suelo, peso de la ganadería, horticultura y silvicultura.
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Presencia documentada de residuos plásticos en entornos no urbanos.
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Disponibilidad de experiencias activas de economía circular implementadas entre 2022 y 2024.
El marco temporal (2022–2024) permite evaluar proyectos que hayan demostrado continuidad mínima de dos campañas, y cuya evolución pueda documentarse con datos y testimonios. En total, se han seleccionado y analizado en profundidad ocho iniciativas que cumplen con estos criterios.
2.2 Fuentes de información
La recogida de información se ha realizado a partir de:
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Documentación oficial y normativa: planes de residuos, estrategias de economía circular, legislación autonómica y estatal sobre RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor).
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Datos estadísticos: informes sectoriales (Cicloplast, ENPLEG, AEAS), memorias de empresas recicladoras y cooperativas.
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️ Entrevistas semiestructuradas: 18 entrevistas a responsables técnicos de entidades públicas, cooperativas, asociaciones agrarias y plataformas de economía circular.
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Fuentes secundarias: artículos académicos, prensa especializada, bases de datos sobre proyectos piloto y convocatorias de financiación.
Los datos obtenidos han sido sistematizados mediante matrices de análisis cualitativo y verificación cruzada entre fuentes, a fin de garantizar la validez de la información y detectar posibles sesgos o contradicciones.
2.3 Ficha de análisis multicaso
Cada una de las ocho experiencias ha sido analizada siguiendo una ficha estandarizada con los siguientes campos:
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Localización y escala de intervención
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Tipo de residuos plásticos tratados
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Actores implicados (públicos, privados, comunitarios)
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Modelo de recogida y/o tratamiento
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Financiación
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Resultados medibles (reducción de residuos, reciclaje efectivo, empleo generado)
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Barreras identificadas
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Potencial de replicabilidad
Esta estructura permite no solo comparar entre iniciativas, sino identificar patrones comunes, innovaciones diferenciales y condiciones mínimas de éxito.
2.4 Enfoque analítico y categorías clave
La interpretación de los resultados se ha estructurado en torno a cinco categorías analíticas:
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Viabilidad técnica: adecuación del modelo a las condiciones geográficas, climáticas y estructurales del territorio.
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Gobernanza: grado de implicación de actores locales, mecanismos de coordinación y sostenibilidad organizativa.
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Sostenibilidad económica: costes operativos, fuentes de financiación, generación de ingresos o ahorros.
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Impacto ambiental y social: mejora del entorno, reducción de residuos abandonados, empleo verde generado.
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Escalabilidad y replicabilidad: posibilidad de aplicar el modelo en otros territorios con ajustes razonables.
La codificación se ha realizado manualmente mediante análisis cualitativo cruzado, complementado con cuantificación de variables clave donde fue posible (volumen de residuos recogidos, porcentaje reciclado, coste por tonelada gestionada, etc.).
2.5 Limitaciones metodológicas
Se reconocen algunas limitaciones derivadas de la naturaleza exploratoria del estudio:
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El número de casos, aunque suficiente para detectar patrones, no permite extrapolaciones generalizables a todo el medio rural español.
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La disponibilidad de datos cuantitativos ha sido desigual entre proyectos, dependiendo de su grado de formalización y recursos disponibles.
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⏳ Algunas iniciativas se encuentran aún en fase piloto, lo que dificulta la evaluación de su impacto a largo plazo.
No obstante, el rigor en la selección, la triangulación de fuentes y la estructura analítica adoptada permiten extraer aprendizajes sólidos y útiles para el diseño de políticas y programas de economía circular en el medio rural.
3. ANÁLISIS DE CASOS REALES
3.1 Galicia
En Galicia, la gestión de residuos plásticos agrarios presenta retos específicos derivados de su estructura territorial minifundista, la alta pluviometría y la dispersión de explotaciones pequeñas. Pese a ello, han surgido iniciativas significativas de economía circular orientadas a mejorar la recogida y tratamiento de plásticos agrícolas. Se presentan a continuación tres experiencias contrastadas.
A) Cooperativa Horsal (Rías Baixas): Sistema de recogida selectiva con valorización externa
La cooperativa Hortofrutícola del Salnés (Horsal), ubicada en Cambados, agrupa a más de 120 pequeños productores hortícolas. Desde 2021, ha implementado un sistema estructurado de recogida selectiva de plásticos agrícolas (films de acolchado, bolsas de silo, envases de productos fitosanitarios), en colaboración con la empresa recicladora gallega Recinor.
La iniciativa combina un punto limpio cooperativo con recogidas itinerantes programadas cada dos meses. Los productores separan los residuos en origen, y la cooperativa centraliza su acopio y clasificación. Recinor recoge los residuos y los traslada a su planta de recuperación en Bergondo (A Coruña), donde se reciclan o se destinan a valorización energética no contaminante.
Resultados:
- Más de 14 toneladas de residuos plásticos tratados anualmente.
- Reducción de un 60 % en costes de eliminación por productor asociado.
- Formación periódica a socios sobre gestión responsable de residuos.
Aspecto replicable:
El modelo demuestra que las cooperativas pueden actuar como plataformas logísticas de economía circular incluso en entornos fragmentados, si se articulan acuerdos operativos con gestores autorizados.
B) Proyecto EcoPlastRural (Lugo): Bioplásticos compostables en producción ecológica
En el municipio de Guntín, el grupo de consumo responsable Milhulloa impulsó en 2022 un proyecto piloto en colaboración con la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y el Concello, centrado en el uso de bioplásticos compostables como alternativa al acolchado tradicional de polietileno.
Durante dos campañas se ensayaron diferentes formulaciones de bioplásticos derivados de almidón y fécula de patata, desarrollados por el grupo de investigación BioFarma de la USC. El proyecto incluyó una evaluación comparada de rendimiento, degradación en campo y compatibilidad con certificación ecológica.
Resultados:
- Sustitución del 100 % del acolchado convencional en 12 huertas piloto.
- Degradación completa de los bioplásticos en 10–12 semanas.
- Aprobación por CRAEGA (Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia).
Aspecto replicable:
El uso de materiales compostables de origen local puede integrarse en explotaciones ecológicas sin comprometer la productividad ni la normativa, si se cuenta con acompañamiento técnico y estudios previos.
C) Plataforma Agroplásticos Zero (Ourense): Alianzas público-comunitarias
En 2023 se puso en marcha en la comarca de O Ribeiro la plataforma Agroplásticos Zero, impulsada por el GDR 12 (Grupo de Desarrollo Rural), con participación de cinco concellos, asociaciones agrarias y el CIFP A Carballeira como centro de formación vinculado.
El proyecto articula una red de micropuntos limpios rurales gestionados en colaboración con brigadas medioambientales municipales, donde se depositan plásticos de uso agrario (principalmente tubos de riego, plásticos de silos y mallas). La recogida es mensual y se integra con campañas de sensibilización y formación a pie de finca.
Resultados:
- Reducción de un 70 % en vertidos ilegales en caminos rurales.
- Participación activa de 186 productores en el primer año.
- Inicio de una línea de FP dual para formación técnica en gestión de residuos agrarios.
Aspecto replicable:
La clave del modelo reside en la colaboración público-comunitaria y en la implicación de los centros educativos rurales como dinamizadores del cambio cultural.
3.2 Asturias
El contexto asturiano presenta una dualidad relevante para el análisis: por un lado, una fuerte presencia de ganadería extensiva y semiextensiva en zonas de montaña; por otro, un creciente desarrollo de hortofloricultura profesionalizada en áreas periurbanas. Esta combinación da lugar a una diversidad de residuos plásticos que requieren soluciones adaptadas. A continuación, se presentan tres experiencias representativas.
A) Red de compostaje agrícola con biotúneles en Nava y Bimenes
El Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (COGERSA) inició en 2022 un proyecto piloto junto a los ayuntamientos de Nava y Bimenes y varias explotaciones hortícolas. El objetivo: sustituir los films de acolchado tradicionales por biotúneles compostables y establecer una red local de compostaje.
Los plásticos utilizados eran de origen vegetal (biopolímeros de maíz y fécula), diseñados para descomponerse en compostadoras comunitarias. El programa incluyó formación técnica, distribución de compostadores y análisis de calidad del compost resultante.
Resultados:
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Reducción del 90 % en uso de plásticos no degradables en las explotaciones implicadas.
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Producción de 4,2 toneladas anuales de compost utilizable.
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Alto grado de aceptación entre productores (76 % dispuestos a repetir).
Aspecto replicable:
El modelo es viable en zonas rurales densamente pobladas con buena coordinación institucional y voluntad política, especialmente si se combinan ayudas técnicas con acciones formativas.
B) Proyecto «PlasticOff» en el Parque Natural de Redes
En una zona de alto valor ecológico como el Parque de Redes, el ayuntamiento de Caso puso en marcha en 2023 una campaña de limpieza y retirada de residuos plásticos abandonados en pastizales de alta montaña, muchos de ellos procedentes de envoltorios de forraje, tuberías y antiguos invernaderos abandonados.
La iniciativa se desarrolló en colaboración con la Fundación Oso Pardo y el programa de voluntariado ambiental del Principado. Además de la limpieza, se diseñó un protocolo para el control de uso de materiales plásticos en zonas de pasto extensivo.
Resultados:
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Retirada de 3,7 toneladas de plásticos abandonados en un solo verano.
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Incorporación del protocolo en la normativa del parque (uso restringido de ciertos materiales).
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Participación de 11 ganaderías locales en la fase de prevención.
Aspecto replicable:
En áreas protegidas, la clave está en vincular la preservación del entorno con la gestión activa de residuos y generar incentivos ecológicos para los productores locales.
C) Clúster agroplástico del Nalón: innovación empresarial
La comarca del Nalón ha comenzado a desarrollar un pequeño clúster de innovación agroindustrial en torno a la gestión de plásticos agrarios. Liderado por la empresa AsturPlast Reciclajes y con apoyo de la Cámara de Comercio de Langreo, se está creando una red de recogida, tratamiento y reprocesado local.
El sistema incluye puntos de entrega en cooperativas agrarias, recogida móvil mediante camión compactador y clasificación automática en la planta de reciclaje. Los plásticos son transformados en materia prima secundaria para usos no alimentarios (maceteros, componentes de vallado, estructuras para cultivos).
Resultados:
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Más de 80 toneladas recicladas en el primer año operativo.
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Creación de 6 empleos verdes en la planta de Langreo.
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Establecimiento de acuerdos marco con productores de fresa y arándano.
Aspecto replicable:
La implicación empresarial local es fundamental para escalar el reciclaje de agroplásticos. Cuando existe tejido industrial próximo y voluntad de diversificación, es posible crear cadenas de valor con retorno económico y medioambiental.
3.3 Cantabria
La estructura agraria de Cantabria —marcada por explotaciones ganaderas de tamaño medio, la presencia de agricultura intensiva en valles y zonas litorales, y una creciente presión ambiental en espacios naturales protegidos— plantea retos específicos en la gestión de plásticos agrícolas. Pese a la escasa densidad poblacional en muchas áreas rurales, han surgido soluciones innovadoras con fuerte componente institucional y asociativo.
A) Programa AGROPLAS (Valle de Buelna y Besaya)
Impulsado por la Consejería de Desarrollo Rural en colaboración con la Mancomunidad del Besaya y el Grupo de Acción Local Liébana, el programa AGROPLAS se inició en 2022 como experiencia piloto para centralizar la recogida y clasificación de plásticos agrarios no peligrosos.
Se instalaron cuatro puntos verdes adaptados a residuos agrarios, uno por cada cabecera comarcal, con calendario fijo de recogida mensual. La clasificación se realiza in situ (por tipo de plástico) y se ha formado al personal técnico comarcal para su correcta identificación y preparación para transporte.
Resultados:
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26,4 toneladas recogidas en los dos primeros años.
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Reducción del vertido incontrolado en más de un 50 % en las rutas de inspección forestal.
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18 cooperativas integradas en el sistema, sin costes añadidos.
Aspecto replicable:
La implicación directa de los GAL y mancomunidades facilita la vertebración operativa en zonas dispersas, siempre que exista infraestructura mínima y coordinación con servicios de inspección.
B) Proyecto “SiloCircular” en Campoo-Los Valles
Esta comarca, con alta presencia de ganadería bovina, genera grandes volúmenes de residuos plásticos asociados a los sistemas de ensilado (films, cuerdas, redes). El proyecto SiloCircular nació en 2023 como una iniciativa mixta entre asociaciones ganaderas, el IES Montesclaros de Reinosa (FP Agraria) y el Ayuntamiento de Hermandad de Campoo de Suso.
Se diseñó un circuito circular que incluye recogida semanal en rutas fijas, transporte a planta de clasificación (ubicada en el propio instituto, con apoyo logístico del Ayuntamiento), y envío final a valorización por la empresa EcoPlastic Norte.
Resultados:
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Reducción del 80 % de plásticos ganaderos en vertederos incontrolados.
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Integración de alumnado de FP Dual en todo el ciclo logístico.
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Premiado como mejor proyecto de economía circular educativa en la región (2024).
Aspecto replicable:
La vinculación entre centros de formación profesional y economía circular genera beneficios múltiples: pedagogía práctica, reducción de residuos, empleo potencial y dinamización rural.
C) Red de vigilancia y recogida en ZEPA Alto Asón
En colaboración con SEO/BirdLife y la Consejería de Medio Ambiente, en 2023 se activó un sistema de vigilancia ambiental centrado en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Alto Asón. El objetivo principal fue identificar focos de acumulación de residuos plásticos en áreas de pasto y transición forestal.
El programa incluyó sobrevuelos con drones, censos participativos con ganaderos y recogidas organizadas por cuadrillas mixtas (Guardería de Montes + voluntariado ambiental). Además, se desarrollaron materiales gráficos y audiovisuales para campañas de concienciación específicas en los municipios afectados.
Resultados:
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Mapeo de 47 puntos críticos con acumulación de plásticos.
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Retirada de más de 5 toneladas en un solo trimestre.
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Integración del protocolo en el plan de gestión de la ZEPA (vigente hasta 2027).
Aspecto replicable:
Las áreas protegidas pueden ser espacios de innovación organizativa en gestión de residuos si se implican actores locales, ONGs ambientales y se integran herramientas tecnológicas de bajo coste.
3.4 Euskadi
Euskadi combina un sector agroganadero tecnificado en expansión con políticas ambientales avanzadas y una fuerte capacidad institucional para el desarrollo de modelos de economía circular. Esta combinación ha facilitado la aparición de experiencias pioneras en la gestión de plásticos agrícolas, muchas de ellas integradas en redes europeas de innovación o financiadas por fondos FEDER y LIFE.
A) Proyecto “BASOZERO” en Álava: redes de recogida con trazabilidad digital
El proyecto BASOZERO, liderado por la Diputación Foral de Álava y la asociación de productores hortícolas EHKOlektiboa, desarrolló en 2022–2023 un modelo piloto de recogida de plásticos con control digital de trazabilidad.
Cada productor registrado recibe un código QR asociado a su explotación, que se adhiere a los sacos de recogida. Al depositarlos en los puntos de entrega, un lector móvil registra automáticamente el tipo de residuo, fecha, volumen y explotación asociada. Esta información permite el control público de flujos y penaliza incumplimientos reiterados.
Resultados:
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Más de 9 toneladas recogidas en 14 meses.
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Trazabilidad digital completa en el 93 % de los casos.
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Creación de una base de datos interoperable con los registros agrarios de la Diputación.
Aspecto replicable:
La digitalización del sistema de recogida mejora la transparencia, incentiva el cumplimiento normativo y permite identificar zonas de riesgo ambiental o ineficiencia.
B) Iniciativa “BioPlastik EH” en Bizkaia: plásticos biodegradables para viveros
En el cinturón hortoflorícola de Bizkaia (Derio, Mungia, Zamudio), un grupo de viveristas asociados al centro de innovación Neiker desarrolló entre 2021 y 2023 un sistema alternativo al uso de bandejas y contenedores plásticos convencionales mediante moldes biodegradables de origen vegetal.
Las bandejas se fabrican a partir de residuos de posos de café y fibras vegetales, moldeados mediante presión en caliente. Tras el uso, pueden compostarse directamente en pilas de materia orgánica, o incorporarse al sustrato de los campos trasplantados.
Resultados:
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Reducción del 65 % en residuos plásticos por vivero.
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Validación agronómica por parte de Neiker y aprobación por el Gobierno Vasco.
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Modelo replicado en 9 viveros de otras provincias del Estado.
Aspecto replicable:
La colaboración entre centros de I+D, cooperativas y sector privado permite transitar hacia modelos de bajo residuo en horticultura intensiva, con soluciones adaptadas y escalables.
C) Modelo ZEROPLAST en Gipuzkoa: economía circular con empresas recicladoras
Gipuzkoa destaca por una intensa red industrial y logística, lo que ha permitido desarrollar una estrategia integral de gestión de plásticos agrícolas en alianza con el sector reciclador. El modelo ZEROPLAST, impulsado por la sociedad pública Garbitania y la empresa recicladora PolimerGune, incluye:
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Recogida sectorializada por tipo de cultivo.
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Clasificación en planta intermedia (Oñati).
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Transformación en filamentos para impresión 3D y componentes industriales ligeros.
Se prioriza la recogida de residuos procedentes de explotaciones de kiwis, vid y floricultura, sectores con elevado uso de materiales plásticos estructurales.
Resultados:
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16 toneladas recuperadas en 2023 (solo en zona piloto).
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Integración de tres centros especiales de empleo en el proceso de clasificación.
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Desarrollo de una línea de productos 100 % reciclados (macetas técnicas, clips de tutores).
Aspecto replicable:
Cuando existe tejido industrial, la economía circular de plásticos puede evolucionar hacia modelos de alto valor añadido que trascienden el simple reciclaje y generan economía local y empleo inclusivo.

4. Discusión y conclusiones
La problemática de los residuos plásticos en el medio rural español, particularmente en el ámbito agrícola y ganadero, ha alcanzado en la última década una magnitud creciente, a menudo invisibilizada en comparación con los residuos urbanos. Este estudio, centrado en cuatro territorios representativos del norte peninsular —Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi—, revela una realidad heterogénea pero también un importante potencial de transformación mediante modelos de economía circular adaptados territorialmente.
4.1 Un problema estructural: fragmentación, informalidad y escasa fiscalización
Los casos analizados coinciden en señalar como problema común:
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La dispersión de explotaciones y la escala reducida de producción, lo que encarece cualquier sistema de recogida o tratamiento.
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Una escasa fiscalización del uso y eliminación de plásticos agrícolas, especialmente en zonas no incluidas en redes de vigilancia ambiental.
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La falta de integración normativa específica para residuos plásticos no peligrosos en ámbitos agrarios, lo que crea un vacío operativo y legal.
A esta situación se suma una infraestructura insuficiente, tanto en puntos limpios adaptados como en servicios logísticos rurales, lo que favorece la quema, enterramiento o abandono de plásticos.
4.2 Tipologías de solución: tres grandes enfoques operativos
Del análisis de las doce experiencias reales, pueden extraerse tres grandes modelos operativos de intervención:
a) Modelos cooperativos y de economía comunitaria (Galicia, Cantabria)
Sistemas impulsados desde cooperativas agrarias o grupos de desarrollo rural que articulan infraestructuras logísticas (puntos de recogida, micropuntos limpios) y acuerdos con gestores autorizados. Son escalables, eficientes en costes y adaptados a territorios fragmentados.
b) Modelos educativos y de innovación social (Asturias, Cantabria)
Experiencias que vinculan la gestión de residuos con la formación profesional dual, la educación ambiental o el voluntariado rural, permitiendo alinear objetivos pedagógicos, ambientales y laborales. Tienen alto impacto social y capacidad de réplica en contextos con tejido formativo rural.
c) Modelos institucionales y tecnificados (Euskadi)
Basados en digitalización, trazabilidad y valor añadido, integran el reciclaje en circuitos industriales y logísticos, generando empleo, nuevos productos y retorno económico. Requieren voluntad política estable y capital técnico-industrial.
Estos tres modelos no son excluyentes. De hecho, su combinación territorialmente ajustada es lo que permite escalar resultados: integración de recogida cooperativa con soluciones tecnológicas o con programas educativos, por ejemplo.
4.3 Indicadores de éxito y criterios replicables
Los casos seleccionados permiten establecer una primera matriz de factores críticos de éxito, que pueden orientarse a futuras políticas públicas o a iniciativas privadas:
| Indicador | Descripción | Presente en |
|---|---|---|
| Coordinación institucional | Implicación de ayuntamientos, diputaciones o consejerías | 9 de 12 casos |
| Implicación del sector productor | Participación activa de cooperativas o asociaciones | 10 de 12 casos |
| Red logística adaptada | Puntos de recogida rurales operativos y sostenibles | 7 de 12 casos |
| Trazabilidad o control digital | Registro y control del ciclo de residuos | 3 de 12 casos |
| Formación o sensibilización | Formación técnica o campañas públicas específicas | 6 de 12 casos |
| Integración circular | Reutilización, compostaje o reciclado en nuevos productos | 5 de 12 casos |
Se observa que los resultados más sostenibles (ambiental y económicamente) se dan en los modelos con más de cuatro de estos elementos activos.
4.4 Tensión entre voluntariedad y regulación
Una conclusión central del análisis es que los modelos más avanzados se dan en contextos donde conviven mecanismos de incentivo (ayudas, formación, visibilidad pública) con marcos normativos claros que regulan el uso, gestión y trazabilidad de plásticos.
En cambio, donde todo depende de la voluntariedad del productor o de acciones puntuales (por ejemplo, campañas de recogida anual sin estructura fija), los resultados son pobres y poco sostenibles.
De ahí la necesidad de avanzar hacia marcos autonómicos o estatales específicos, que regulen:
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El etiquetado y composición de plásticos agrarios.
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La obligación de sistemas de recogida en explotaciones de cierto tamaño.
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La integración del coste de reciclado en el precio del producto (responsabilidad ampliada del productor).
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La financiación de infraestructuras rurales mediante fondos NextGeneration o similares.
4.5 Una economía circular con rostro rural
Un hallazgo clave es que muchos de los modelos presentados no solo resuelven un problema ambiental, sino que generan empleo, cohesión territorial y formación práctica. La economía circular en el medio rural es también una estrategia de desarrollo, especialmente en zonas con pérdida de actividad agraria o envejecimiento poblacional.
Se consolida así una imagen de futuro donde el reciclaje, la transformación de residuos, el uso de bioplásticos compostables y la producción descentralizada de materiales tienen cabida en territorios rurales, no como excepción, sino como modelo productivo diferencial.
5. Limitaciones del estudio
Pese a los esfuerzos metodológicos por ofrecer una visión representativa y rigurosa del problema de los residuos plásticos en el medio rural del norte peninsular, este estudio presenta una serie de limitaciones que deben ser tenidas en cuenta al interpretar sus conclusiones y recomendaciones:
5.1 Alcance territorial acotado
Este análisis se ha centrado en cuatro comunidades autónomas (Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi), seleccionadas por su densidad ganadera, diversidad agrícola y presencia de experiencias relevantes. Sin embargo, otras regiones del Estado español —como Castilla y León, Navarra, La Rioja o Andalucía— también enfrentan problemáticas similares o incluso más agudas en determinadas zonas.
Por tanto, los resultados no son directamente extrapolables al conjunto del medio rural español, aunque sí ofrecen indicadores útiles de tendencias replicables.
5.2 Falta de datos oficiales sistemáticos
Una de las mayores dificultades ha sido la escasez de datos desagregados y homogéneos sobre el volumen y tipo de residuos plásticos generados en el medio rural. Muchos de los datos disponibles provienen de estimaciones locales, informes de proyectos piloto o publicaciones no normalizadas.
Esta carencia impide realizar comparaciones territoriales directas o establecer series históricas fiables, lo que limita la posibilidad de construir indicadores sintéticos robustos a escala estatal.
5.3 Heterogeneidad en la documentación de experiencias
Si bien todas las experiencias recogidas en este estudio han sido verificadas mediante fuentes públicas, institucionales o comunicados oficiales, el grado de detalle disponible varía significativamente entre ellas. En algunos casos, los resultados han sido comunicados en forma de cifras concretas; en otros, solo ha sido posible acceder a evaluaciones cualitativas o a menciones indirectas.
Ello puede introducir desequilibrios en la profundidad del análisis comparado, especialmente en aquellos casos más recientes o en fases piloto.
5.4 Foco en residuos plásticos exclusivamente
Este estudio se ha centrado de manera intencionada en los residuos plásticos agrarios y ganaderos, sin abordar otras tipologías de residuos rurales (residuos orgánicos, efluentes, envases fitosanitarios, aparatos eléctricos, etc.) que también presentan importantes retos para la sostenibilidad territorial.
Esta elección responde a la necesidad de delimitar claramente el objeto de análisis, pero debe ser tenida en cuenta al valorar el alcance global de las recomendaciones extraídas.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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FAO (2023). Salir del círculo vicioso del plástico en la agricultura. FAO.
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Banco Mundial (2022). Solucionar la contaminación por plásticos. Banco Mundial.
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OECD (2021). Economía circular y residuos: impulso a la bioeconomía rural. OECD informes.
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Cicloplast (2023). Informe: producción y gestión de residuos plásticos agrarios en España.
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MITECO (2022). Marco normativo de responsabilidad ampliada del productor (RAP). Ministerio para la Transición Ecológica.
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Gonzáles, R. et al. (2021). Evaluación del impacto de agroplásticos en ecosistemas rurales. Revista Agroambiental.
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ENPLEG (2022). Valoración económica del reciclaje de plásticos agrarios en explotaciones rurales. Estudios internos.
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Cicloplast–ENPLEG (2024). Buenas prácticas: recogida selectiva de acolchados y recubrimientos hortícolas. Manual técnico.
Próximo estudio
Fecha de publicación: Miércoles, 15 de octubre de 2025
Título: “Construcción sostenible y bioconstrucción con materiales locales”
Descubre nuestro estudio anterior: Gestión del agua en el medio rural: eficiencia y circularidad





