Entrevista al Padre Juan. ¡Un misionero en las entrañas de Etiopia!

P- Ahora que hablamos tanto de Libros Incunables, uno de ellos fue el de Pedro Páez sobre Etiopía. ¿No es así?

R- ¡Así es! Pedro Páez escribió en 1620, “Historia de Etiopía” o más exactamente “Historia Aethiopice” Son cuatro libros y el primero recientemente se ha traducido al castellano. Y lo tenemos que mencionar como el primer europeo que alcanzó a ver las Fuentes del Nilo Azul. Al hablar de él, lo hacemos de una persona- como digo-, excepcional.

P- ¿En que sentido?

R- Había escrito en portugués, quizá por una deferencia a sus superiores en Goa (India) o por sus estudios en Coímbra. Aunque indistintamente pudiera haber escrito también en español, latín, árabe o incluso en lenguas etíopes. Como el amárico y el gue´ez la lengua de los textos sagrados y de las crónicas reales que aprendió tras su llegada.

P- El pintor y fotógrafo Luis Gabú decía que al entrar en Etiopia nos encontramos con el libro, “Etiopía. Un rostro con tres miradas” Un libro de dos españoles, Javier Gozálbez y Dulce Cebrián (ALTAIR) Libro que fue presentado en Addís Abeba por el Ministerio de Cultura Etíope. ¿Hay mucha presencia española?

R- Claro (sonríe) es una presencia bonita y una grata contribución. Ahora también ha habido una presencia anterior, con los ingleses por poner un ejemplo. Hay mucha historia detrás que nos sirve para poder conocer este país. Pero este libro publicado en castellano se ha editado en inglés por una editorial etíope y se han vendido cinco mil ejemplares.

P- Y usted se levanta muy temprano y sale para conocer a estas personas y no podemos comparar nuestra cultura occidental con la suya y escribe: “Al norte del Nilo azul. El mundo de los Gumuz” Personas con unos conceptos diferentes a los nuestros…

R- ¡Así es..! Al escribir este libro te das cuenta de su cultura y de sus muchas actividades, pero no es algo exclusivo de los Gumuz sino de muchas tribus de Etiopia.

P- ¿Tradición y modernidad en Etiopia?

R- Las personas mayores quieren esa tradición que está usted apuntando, ahora los más jóvenes quieren una modernidad. El Gobierno les ha obligado a concentrarse en poblados pequeños. El resto de tierra que queda, el Gobierno lo da a unos inversores, una superficie como la isla de Ibiza. Ellos se quedan con un terreno bien pequeño.

P- “¡Supongamos que estoy sentado en lo alto de una colina y veo despuntar en lontananza una persona o un grupo de personas! ¿Podré de alguna manera identificar su pertenencia étnica sin ir a preguntarles quienes son y de donde vienen?” – Apunta el Padre Juan.

– A lo que responde: “No me será permitido distinguir a un Amara de un Agau de un shinasha o a éste de un Oromo. Pero me será muy fácil distinguir a un Gumuz del resto de los otros grupos” – Y le pregunto: ¿es así?

R- ¡Es así…! Cuando una persona se acerca a ellos para ver su cara, esa posible duda se ha esfumado. La distinción externa radica en la piel. Los Gumuz son de un color negro, muy negro. Todos los demás grupos son de tez mucho más clara.

P- ¿Una curiosidad, pero algo real?

R- Los gumuz reciben nombres diversos según los lugares en donde habitan. El más común hasta hace poco era el de shankila que tiene una connotación despectiva. Llamarles hoy por ese nombre es un insulto que podría acarrear derramamientos de sangre.

P- ¿Cómo les va con ellos?

R- Nos hacemos presentes en trabajos sociales. Vamos a los pueblos y les proponemos enseñar la religión cristiana y aceptan por que al no ser ni cristianos ni musulmanes, dicen que tienen que ser de una de las dos. Los jóvenes son los que mejor acuden.

P-¿Y como es su actuación con ellos?

R- Les hablamos de un Dios que no es distinto al de ellos. Es el mismo en el que creen y les invitamos- como digo a rezar a ese Dios; aunque ellos dicen que no tienen religión.

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PADRE JUAN GONZALEZ NUÑEZ

Natural de Pobra de Trives (Orense) Fue en el año 1976 cuando se planteó su primer destino: la etnia de los Sidamo en el Sur de Etiopia, en el Vicariato de Awasa. Su primer paso fue aprender el amárico. Realiza otros apostolados en otros lugares de Europa. No le importa cambiar del relativo confort de las casas europeas por las chozas de bambú con techos de paja. Donde según sus palabras: “nuestra labor es ayudar en la formación y en la alfabetización” Pero como otros misioneros no ha estado siempre en Etiopia. En el Capitulo General de 1997 es elegido Consejero General de su Congregación y trabaja en la Sede Central de Roma. Años en los que tiene la oportunidad de visitar las distintas provincias combonianas en los cuatro continentes. Pero parece que la mano de Dios le lleva una y otra vez a ese país. “Aquí un joven a los catorce o a los quince años se casa y a los cuarenta o cincuenta es físicamente un anciano” Al hacerle las fotos para está entrevista parece preguntarse: “¿Es este mi sitio?” Viene a España regularmente, pero al preguntarle por su vuelta a Etiopía nos despide con una sonrisa.

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