En Ojos de agua, Charo López da vida a una Celestina que hace reír, llorar, pensar y soñar

Ojos de agua Foto DAVID RUIZ (02br

 

Un personaje clásico de la literatura española como la Celestina revive en Ojos de agua en la piel de la actriz Charo López, aliada para la ocasión con dos de los miembros de Ron Lalá, la compañía más rompedora del teatro español actual: Yayo Cáceres en la dirección y Álvaro Tato en la dramaturgia. La función llega al Bergidum el próximo jueves, 12 de febrero (21 horas) en el programa de abono de invierno.

Ojos de agua reúne los más inolvidables pasajes de la obra inmortal de Fernando de Rojas a través de un texto sobre el tiempo gozado y perdido, el sexo como placer y arma, la belleza como regalo y condena, la alegría de vivir a pesar de todo. Celestina lleva en sus ojos el precio de la belleza perdida, la independencia a dentelladas, la inteligencia oculta. Es el poder femenino en la sombra y también la víctima de su propia astucia. Celestina nos hace reír, llorar, pensar, soñar, y nos lleva en la corriente de sus ojos de agua. Más que ante una adaptación de La Celestina estamos ante «una exploración del personaje» que se convierte en una larga carcajada, aunque también la tragedia más profunda de una mujer inteligente, sola y libre.

Escondida en un monasterio tras los acontecimientos relatados por Fernando de Rojas en su obra inmortal, Celestina, mítica hechicera, alcahueta, tejedora de burlas y engaños, rompe su voto de silencio ante las monjas de clausura para recordar los amores de Calisto y Melibea, los tejemanejes de los criados Sempronio y Pármeno, el deseo y la rebeldía de Elicia y Areúsa, el llanto de Pleberio… y, sobre todo, su propia libertad ganada a pulso.

Creada a partir de diversos fragmentos de La Celestina, Ojos de agua desarrolla los grandes temas de la obra original que enlazan directamente con nuestro tiempo, y explora a un personaje tan fascinante como contradictorio, en busca de sus secretos más profundos.

Ojos de agua Foto DAVID RUIZ (04br

 

El director Yayo Cáceres y el dramaturgo Álvaro Tato, ambos miembros de Ron Lalá (de quien veremos en abril en el Bergidum su trabajo En un lugar del Quijote, coproducido con la Compañía Nacional de Teatro Clásico) imprimen el sello que ha convertido a su compañía en uno de los referentes de la escena nacional. Ambos llevan la obra de Fernando de Rojas «a su terreno, con una sabiduría solvente y una disposición preclara a servirla al espectador para que semejante torbellino de pasiones se traduzca en diversión y goce», ha dicho la crítica, añadiendo que «donde más y mejor se cuela la fórmula de Ron Lalá es en las canciones, interpretadas por un estupendo Fran García como el espíritu de Pármeno. En su firme posición secundaria, siempre aliado con la guitarra de Antonio Trapote, García resulta ser joya de primerísima fila»

De la protagonista se ha dicho que «el trabajo de la actriz es soberbio, pleno y generoso, sin medias tintas ni intervenciones intelectuales. La mejor Charo López que un servidor recuerda haber visto».

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