Elecciones en Argentina

Drusila

Drusila

El 22 de Octubre de 2015 se definió quien va a gobernar Argentina los próximos cuatro años mediante el procedimiento del balotaje. El elegido resultó ser el actual alcalde de la ciudad de Buenos Aires, el ingeniero Mauricio Macri, opositor al gobierno saliente de Cristina Kirchner.Su contrincante ha sido, el (por ahora) oficialista Daniel Scioli, actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

No fue una campaña electoral particularmente brillante, luego de las elecciones generales realizadas el 25 de Octubre donde el oficialismo no contó con la cantidad de votos esperados, no hubo debates ni propuestas dignas de destacar que diferencie a los candidatos, solo que de parte del oficialismo se manipuló a conciencia y hasta el hartazgo la llamada campaña del miedo.

Esto es: Acusar de todo tipo de desgracias, males, cataclismos, desastres y otras yerbas a futuro si gana la oposición, es decir Macri. Acusar de cosas que aún no se han hecho, llevado a extremos ridículos, sin embargo, el machaque histérico durante quince días dio algún resultado. La catarata de slogans y frases hechas, y sobre todo, responsabilizar de todo al que ni siquiera asumió, tiene un indisimulable olorcillo a tapar las críticas a lo que si se hizo, y mal, muy mal.

El gobierno de Cristina Kirchner ha manejado con habilidad la realidad, acomodándola a su beneficio, negando hechos innegables con tanto entusiasmo que dejan de tener entidad de hechos y pasan a ser “sensaciones”. Por dar ejemplo, el crecimiento desmedido de la delincuencia, la impunidad de la corrupción y el auge del narcotráfico, tres temas que en realidad son uno, es solo una “sensación” creada por algunos medios periodísticos con ganas de fastidiar a la presidente.

Ahora bien, por más poder que se acumule, llega un momento de finalizar, de traspasar la banda presidencial. Por cierto un bonito acto que se transmite por todos los canales de televisión, donde se dicen frases hechas, se jura sobre la biblia lo que pocas veces se cumple, discursos emotivos, si así no lo hiciere Dios y la patria lo demanden.

Uno calla, y el otro esta distraído, en Argentina nunca se demanda con éxito a los poderosos.

Pero, lamentablemente para los que se van, entregar el poder no solo se reduce al mencionado acto, hay que rendir cuentas, y en eso, la actual presidente, nunca se entrenó.

Es de costumbre que la verdadera transición de un gobierno a otro se realice en serio, esto es, presentando el balance, mostrando números y distintos estados de situación para que el gobierno entrante sepa a que atenerse.

En general, no es muy difícil, pero, en un país donde los datos oficiales relativos a pobreza, disponibilidad de reservas no son de dominio público se esperan sorpresas mayúsculas.En Argentina no hay un solo dato real, no hay balances. El gobierno nacional y popular jamás mostró a la nación y al pueblo que se cocinaba entre gallos y medianoche.

El grave problema de Macri es asumir a ciegas, la presidente adelanto que no sabrá nada hasta después de que asuma, es decir, cuando desate el paquete.

Para explicarlo con claridad, un individuo compra una casa a determinado valor que es el que quien la vende dice que vale, hace proyectos de reformas, por tanto quiere ver el interior de la casa, algo lógico.

Sin embargo el vendedor se niega sistemáticamente a mostrarla, como sabe que el comprador ha comprometido su palabra y patrimonio, no tiene por qué abrir las puertas.

El comprador queda a merced de la palabra no muy confiable del vendedor, quien insiste que solo el día que se firme la escritura definitiva podrá ver lo que ha comprado, y si es verdad que en su interior está todo bien, tal cual lo prometió sin firmar documentación alguna.

Ese es uno de los detalles a los que se enfrenta el nuevo gobierno, la escena es tan oscura como el humor de la Presidente, y, algo llamado Estado, Republica, País, deja de ser serio.

En realidad dejo de ser creíble hace años.

Y, nos, los habitantes de la República Argentina, vemos con estupor como se desarrolla el culebrón, mientras llaman a la “resistencia” los militantes indignados con el resultado adverso (para ellos ) de las elecciones, los mismos que hacían de la voluntad popular un culto hasta hace, unos días.

Sonia Drusila Trovato Menzel

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