Lucía Seoane, el sueño hecho realidad de vivir en O Courel haciendo lo que le gusta

  • Después de 10 años trabajando en el sector de la hostelería en Santiago, decidió quedarse a vivir e iniciar un proyecto en pleno Courel
  • Vive en Santa Eufemia, aldea en la que es la más joven de 15 vecinos que superan, en su mayoría, los 80 años de media de edad

Lucía Seoane

 

Lucía Seoane bien podría servir de ejemplo para ese consejo tan manido de “persigue tus sueños”. Desde hace muchos años soñaba con vivir en O Courel y hacer algo que le gustase, pero tuvo que pasar un tiempo y darse ese “momento revelación” a partir del cual sus pasos se encaminaron hacia la felicidad soñada.

Fue en el verano de 2019, estando de vacaciones y con tiempo para reflexionar, cuando decidió dejarse llevar por su intuición y quedarse a vivir en las montañas de O Courel apostando por emprender algo creativo, diferente y que le pudiese dar para vivir. Así fue naciendo Artesanía do Caurel, un proyecto ilusionante de artesanía personalizada que va a más y que no para de darle satisfacciones a esta mente creativa. “Ni de lejos me imaginaba que en un año tuviese tanto trabajo y que la gente valorase mucho algo que tenía como hobbie”, confiesa Lucía.

Plasmando su arte

Hablamos con ella.

¿Tu afición por la artesanía viene de atrás o ha sido una revelación reciente?

Mi afición por la artesanía viene desde hace muchos años, se puede decir que ya nací artista (risas). Desde pequeña siempre tuve el ejemplo de mis padres en hacer cosas artesanales, son unos manitas. Aunque nunca me había dedicado profesionalmente a la artesanía antes, sí lo tenía muy presente en mi vida cotidiana como un hobbie y escape de relajación en mis ratos libres.

 

Antes de montar toda esta locura de creatividad me dedicaba a la hostelería, actividad que sigo combinando

 

 

¿A qué te dedicabas antes?

Antes de montar toda esta locura de creatividad me dedicaba a la hostelería, actividad que sigo combinando. Llevaba casi 10 años en Santiago trabajando en el sector, me trasladé allí con 19 años para formarme en esa profesión y siempre combiné la formación con el trabajo, incluso ejerciendo de profesora de hostelería que era, por aquel entonces, mi objetivo como profesión.

¿Cuándo llega ese momento en el que decides pasar de aficionada a profesional?

Pues el click que me hizo dedicarme a la artesanía fue en el verano del año pasado. Estando de vacaciones empecé a hacer piezas para entretenerme en el pueblo y al llegar septiembre decidí no volver a la ciudad e instalarme en el rural. El verano de 2019 me hizo reflexionar… decidí que me quedaba en Courel apostando por emprender algo creativo y diferente. Quería aportar mi granito de arena con creatividad en mi paraíso donde tan buenos recuerdos tengo de la infancia.

 

Residencia habitual y centro de trabajo en pleno Courel. ¿Desde cuándo y cómo lo llevas?

Pues sí, desde hace un año soy una habitante más de Courel, concretamente en Santa Eufemia. Me volví de la cuidad para formar un futuro creativo y feliz. La vida aquí la voy llevando, porque no voy a decir que sea un camino de rosas, fácil fácil no es vivir en el rural.

Piensa que soy la vecina más joven de 15 vecinos, y que la mayoría de ellos pasa de los 80 años de edad. Aquí lo más duro es la soledad que se siente al no haber juventud en los pueblos. Pero la calidad de vida en el rural compensa todo el resto, esa tranquilidad que se desprende de la naturaleza, tener un estilo de vida tranquilo sin el estrés de la ciudad, y el buen comer que tenemos, que entre la huerta, la matanza, la cocina de leña… eso en la ciudad no lo tengo (risas). Y si te digo que soy como las cabras, que siempre tiran al monte, aquí estoy en mi salsa, tengo el mejor ambiente para mi creatividad y para ser feliz.

 

Valoran más los clientes mi trabajo que yo misma

 

 

¿Qué caracteriza y distingue a tus productos? ¿Por cuales se decantan más tus clientes?

Como digo yo, mi trabajo es un “Proxecto de Creatividade Rural con Garabullos”. Mis productos se caracterizan principalmente por utilizar madera de Courel. Mucha la encuentro en mis paseos por los senderos cuando salgo a pasear en mis ratos libres. Las piezas las hago de forma artesanal, el mimo que se trasmite en cada proceso le da ese toque diferente de lo industrial que es tan usual y todo igual.

En general todos los productos que hago a los clientes le encantan, de hecho valoran más los clientes mi trabajo que yo misma. Si tengo que decir un producto estrella de entre todos ellos, diría que los que más realizo son las fotos impresas en las lascas de madera como marco fotográfico. Es algo que desde que empecé a hacer los clientes demandan mucho para hacer un regalo original y único, y hecho en Courel claro está.

 

El objetivo de la personalización en cada pieza es que la persona que la reciba se emocione

 

 

Aunque tienes piezas estándar,  tu filosofía va más encaminada a la ‘personalización’ del encargo. Cuéntanos.

Exacto, me centro en realizar un tipo de productos, pero de cada uno de ellos me adapto a los gustos, estilos e ideas que quiere el cliente. No todos somos iguales y nos gusta lo mismo. En mis piezas pasa lo mismo, no todas son iguales ni para la misma persona. También intento que me expliquen el motivo o razón por la que me encargan la pieza, porque dentro de la personalización en cada pieza hay detrás una historia por la que hacerla, y eso es algo que el cliente agradece mucho, porque me preocupo en transmitir la misma ilusión que tiene el cliente en realizar el producto. El objetivo de la personalización en cada pieza es que la persona que la reciba se emocione, y no te imaginas que satisfacción es recibir ese agradecimiento.

¿Contenta con la marcha de tu apuesta profesional y la vida en el rural?

 Buuuuh!!! Hay días que no me creo lo que he conseguido y sigo consiguiendo con esta locura creativa que emprendí. Es como un sueño hecho realidad que desde hace muchos años quería vivir en Courel… hacer algo que me gustase y tuviese la ilusión de una niña. Ni de lejos me imaginaba que en un año tuviese tanto trabajo y que la gente valorase mucho algo que tenía como hobbie.

Pero debo poner los pies en el suelo y ser realista, que es muy difícil pelear por emprender algo en el rural cuando no hay juventud, porque la realidad es muy triste y Courel, como el resto de zonas rurales de Galicia, tiene los años contados. Entonces te planteas que la vida en el rural es muy dura por ver que desaparecerá lo que nuestros abuelos han peleado durante años y nos han trasmitido, pero las ganas por pelear no se me van a quitar. Yo voy a poner creatividad visualizando un futuro en el rural, aunque sea con “garabullos” (risas), pensando que de aquí no me vuelvo a marchar para la ciudad y algún día conseguiré que la gente venga como hice yo.

 

El mejor consejo que puedo dar es que no hay que pensar mucho las cosas para hacerlas

 

 

Partiendo de tu propia experiencia y dado el paso, ¿qué les dirías a aquellos/as que están en ese momento de duda?

El mejor consejo que les puedo dar es que no hay que pensar mucho las cosas para hacerlas, si se tienen ganas, ilusión y esfuerzo se debe arriesgar por hacerlo. Yo soy muy impulsiva, entonces soy de las que piensa que si no se arriesga no se gana. Y en el rural nada puede ir mal, tenemos muchas cosas a favor para emprender.

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