Valdeorras: Paisajes que Inspiran el Alma

En el noreste de la provincia de Ourense, Valdeorras despliega un lienzo de viñedos, ríos y montañas únicas en Galicia. Regada por el río Sil y protegida por su Parque Natural, esta comarca ofrece paisajes que hablan de historia, tradición y biodiversidad. A continuación, un recorrido narrativo y visual por sus rincones más auténticos.

1. El cauce del Sil y sus orillas

El río Sil no solo fecunda las vides, sino que crea playas fluviales y parajes ideales para el baño y el paseo. En Sobradelo de Valdeorras, el puente del siglo XVII y las piscinas naturales atraen a familias y senderistas (aunque no muy lejos, por la vieja senda del Camino de Invierno). En O Barco, el antiguo embarcadero —el “Porto da Barca”— recuerda las barcas que cruzaban el Sil hasta Viloira.

2. Viñedos de Godello: mineralidad y altitud

La Denominación de Origen Valdeorras obtuvo su reconocimiento en 1945 y su zona de producción se asienta a 500 m de altitud sobre suelos pizarrosos y graníticos, clima con veranos calurosos e inviernos fríos, y precipitaciones de 850–1 000 mm anuales. Aquí florece el Godello en viñedos como Pedrouzos (fundados en 1885) recuperados por Bodegas Valdesil desde 2001, donde las lías aportan textura y rasgos minerales al vino.

3. Patrimonio histórico: piedra y pizarra

En pleno casco urbano de O Barco, la Casa Grande de Viloira (1637) acoge hoy el Instituto de Estudios de Valdeorras, con dos patios y galería renacentista. A pocos kilómetros, el Monasterio románico de San Miguel de Xagoaza, rehabilitado como bodega, une artesanía monacal y enoturismo.

4. Parque Natural Serra da Enciña da Lastra

Declarado en 2002, este espacio de 3 151 ha en Rubiá exhibe un valle calizo excepcional en Galicia, con cantiles, cuevas (“palas y simas”) y bosque mediterráneo de encina y roble, hábitat de águila real y halcón peregrino. Las rutas señalizadas atraviesan aldeas tradicionales (Covas, Vilardesilva) con hornos comunales y molinos de piedra, testigos de la vida rural.

Parque Natural Serra da Enciña da Lastra (Val da Lastra)

5. Mirador de Alixo: panorámicas sobre el Sil

Alixo, en las afueras de O Barco, es el mirador más famoso de la comarca: desde aquí se domina el cauce del Sil y, en días claros, incluso las ocre-amarillas de Las Médulas al fondo. Nada que ver con los bancales ribereños de la Ribeira Sacra: en Valdeorras priman los viñedos en laderas más suaves, salpicadas de pizarra.

6. Pueblos con sello rural

A Rúa y Petín conservan callejuelas empedradas y fachadas de piedra donde abundan los “balcones de labrador”. En Larouco, al pie de Peña Trevinca (el techo de Galicia), se mezcla la aldea tradicional con senderos hacia pozas de agua cristalina. Cada plaza ofrece un banco frente a la iglesia donde saborear la calma.

7. Experiencias sensoriales

Valdeorras se huele en el tomillo de la Lastra, se oye en el susurro del Sil, se toca en la corteza rugosa de los nogales junto a la ribera y se saborea en un godello fresco junto al viñedo. Acércate al centro de interpretación del Parque Natural y reserva rutas guiadas para conocer las cuevas kársticas más antiguas de Galicia.

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