Una primavera gallega con cambios muy bruscos de temperaturas, cálida y precipitaciones normales

  • Galicia despide una primavera cálida con cambios muy bruscos de temperatura y precipitaciones dentro de la normalidad
  • La temperatura media estuvo 0,4 grados por encima de los valores esperados en esta época del año, marcada por valores máximos muy cálidos y mínimos algo más fríos
  • En cuanto a la pluviosidad, llovió un 3% por encima del habitual para la serie histórica y las precipitaciones medias acumuladas ascendieron a 312 litros por metro cuadrado
  • La estación se caracterizó por los contrastes, con un mes de abril muy húmedo y un mayo muy seco y un total de ocho jornadas en las que se registraron precipitaciones significativas en forma de nieve

 

Galicia vivió una primavera climatológica cálida y normal en cuanto a las precipitaciones. Estas fueron las principales características de un período que estuvo marcado también por los cambios muy bruscos de temperatura, tal y como se recoge en el resumen del informe estacional elaborado por Meteogalicia.

Así, la temperatura media durante los últimos tres meses alcanzó los 12,8 grados, un valor ligeramente por encima del habitual para esta época del año (concretamente, 0,4 grados más) y que hace que se pueda considerar una primavera cálida. La razón de esta anomalía positiva hay que buscarla en los valores de las temperaturas máximas, que fueron muy cálidas para esta época del año aunque se vieron suavizadas por los valores de las mínimas, que incluso resultaron ligeramente frías.

La variabilidad, con cambios continuos y bruscos en las temperaturas, marcaron los últimos tres meses en Galicia. En marzo se registraron grandes oscilaciones térmicas, el mes de abril dejó en la comunidad acusadas caídas y subidas de los termómetros en días consecutivos y en cuanto a mayo, estuvo marcado por las dos entradas de aire africano que trajeron jornadas de tiempo seco y muy caluroso, especialmente los tres últimos días del mes.

En todo caso, fue una estación caracterizada por los contrastes y en la que la comunidad también sufrió notables descensos térmicos, sobre todo en los meses de marzo y abril, hasta el punto de que se contabilizaron 20 días con precipitaciones en forma de nieve en algunas zonas altas de Galicia y en ocho de ellos, incluso con una cantidad de nieve abundante.

Abril muy húmedo, mayo muy seco

En lo que respecta a las precipitaciones, la pasada primavera se movió dentro de la normalidad se las comparamos con el período de referencia 1981-2010. El informe de Meteogalicia concluye que la cantidad de lluvia media recogida fue de 312 litros por metro cuadrado, lo que se tradujo en una anomalía positiva del 3% respecto a los valores normales. No obstante, también hubo excepciones como fue el caso de la Serra do Suído, fronteriza entre las provincias de Pontevedra y Ourense, donde se alcanzaron los valores de lluvia acumulada más altos de toda Galicia: cerca de 1.300 litros por metro cuadrado.

Por meses, el comportamiento fue bastante desigual, con un marzo normal desde el punto de vista de las precipitaciones; un abril que puede considerarse como muy húmedo si se compara con la serie histórica regional, ya que llovió un 72% por encima del esperado; y un mayo que, por el contrario, resultó ser un mes muy seco, con una única jornada de precipitaciones generalizadas (la del día 9) y ni siquiera muy elevadas y un déficit hídrico del 62% con respecto a los valores normales.

Estos contrastes entre el comportamiento meteorológico de abril y mayo explican por qué el balance global de la estación se mantuvo dentro de valores considerados normales, ya que la abundancia de lluvias de un mes compensó la carencia por la que estuvo marcado el otro.

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