Una llamada a la esperanza

Roberto Carlos Mirás Mirás

Roberto Carlos Mirás Mirás

“Tan lejos, tan cerca de nosotros y contemplando el firmamento a muchos kilómetros de distancia se hayan pueblos enteros que como dijo el clásico: ¡Han sido abandonados de la mano de Dios!” Las palabras del explorador y naturalista francés Théodoro Monod nos sirven como una brevísima introducción para el conocimiento de este pueblo: “Tuve la suerte de encontrar el desierto, ese filtro, ese revelador. Me ha moldeado, me ha enseñado la existencia. Es hermoso, no miente, es limpio. Por eso debe abordarse con respeto”

Los saharauis son uno de esos pueblos que contemplan al observador cuando se dirige a verlos y a visitarlos para luego contar en los distintos medios de comunicación lo que ha sido y no ha sido. Lo que les ha sucedido a un pueblo honesto y solidario… Tras la muerte de Francisco Franco y hasta el día de hoy… Todos los presidentes les han prometido cosas, les han dicho que iban a buscar una solución a un “conflicto”, a unos problemas que duran ya muchísimos años. Muchos han sido los escritores qué han destilado ríos de tinta hablando una y otra vez. Pero cuando miran al cielo al caminar por la Hammada no ven un futuro alentador ni un presente. Como apunto alguien en su día: “Tiene que pasar algo muy fuerte para que nos acordemos de ellos” Al visitarlos observas en sus caras teñidas por el paso del tiempo una sonrisa, pese a que no tienen nada, pero te lo dan todo. Quieren que a las personas que los visitan no les falte de nada y tengan de todo en ese desierto que es el alma de su vida, pese a que ellos mismos como decimos carecen de ello. Se han hecho miles y miles de interrogantes tantos como los propios kilómetros y lugares en donde viven. Preguntas muchas, respuestas muchas; soluciones  de momento ninguna.

Antes de hablar con ellos, antes de poner la grabadora para registrar sus voces nos invitan, nos obsequian con la ceremonia del té. “Dormíamos junto al fuego como las ratas hasta hoy” Y al preguntarles: “el primero es amargo, amargo como la vida, el segundo se vuelve a hervir, sale dulce como el amor y el tercero sale suave como la muerte y otros dicen como las brisas del mar”

Dijo alguien una vez que las leyes están para no cumplirlas y eso es algo que observamos al acudir hace unos meses, concretamente el pasado mes de junio a unas jornadas en Santiago de Compostela. Es como si tuviéramos dos velocidades y las soluciones, no se pierde la esperanza, pero las soluciones como decimos, tardan en llegar… Bajo la dirección de Carlos Ruiz Miguel, Catedrático de Derecho Constitucional en la misma universidad, autor de varios trabajos sobre el tema, como “El Sahara Occidental y España. Historia, Política y Derecho”  se abordaron aquellas cuestiones que a todos nos preocupan, temas cruciales y de sumo interés.  Patrocinado por SOGAPS (Solidaridade Galega co pobo sahararui) y la Fundación Robert F. Kennedy Center For Justice&Human Rights entre los asistentes, el profesor Moisés Ponce de León, profesor titular de la Universidad de Rennes –II (Francia), Antonio Martínez Puñal, profesor titular de Derecho Internacional Público  en la Universidad de Santiago de Compostela, Luis Mangrane Cuevas, abogado y Brahim Dahán, presidente de la Asociación de víctimas de violaciones de los derechos humanos por el estado marroquí, así como el periodista y escritor, Leonardo Urrutia entre otros. Se habló de los avances y de los requisitos que hasta el momento se han empleado para solucionar diversos problemas, problemas gordos, problemas de libertad… Un tema que hasta el día de hoy al escribir estas líneas no han parado de hacer actividades, en verano con los niños y en invierno con actividades, actividades solidarias, actividades de conocimiento para que nos demos cuenta si no lo hemos hecho ya… De la existencia de un pueblo, incluso trabajan para este mes de diciembre con el proyecto de ir a los campamentos y aquellas personas que lo deseen puedan ver, puedan observar, puedan conocer, puedan ver con sus ojos…

Estas son sus palabras: “Nosotros tenemos básicamente una cultura oral, de leyendas, de fábulas, de cuentos… Cuando hablamos con una persona mayor está nos menciona a trece de sus descendientes. Trabajamos mucho el cuento y un amigo que va mucho a los campamentos le llamo la atención el respeto que tenemos a nuestros mayores. Si no fuera gracias a la mujer y a nuestros ancianos nuestro pueblo desaparecería”.

Para los que anhelan su independencia, es la patria perdida; para otros, las provincias del sur recuperadas; para Naciones Unidas y el derecho Internacional, el Sahara Occidental. Es un territorio no autónomo, la última colonia de África”, escribe el escritor Lorenzo Silva.

Personas que amparados por la “Ley” está no les da ni les quita la razón. Tan solo mantiene una imagen de cara al exterior. Desde la muerte de Hassan II de Marruecos el tiempo parece no haber pasado, las estrellas siguen vigilantes y son los ciudadanos, los que muestran su cara más agradable para ayudar en la medida de sus posibilidades a esas personas que en sus carteras llevan el carnet español de saharauis. Como asistentes a estas jornadas, aunque podían ser otras se encuentran personas que han estado en las cárceles marroquíes y muestran una paz que señala un dolor que va por dentro. Ven el paso del tiempo, lento… Dicen que los más jóvenes quieren hacer algo; luego nos encontramos con familias que han buscado su lugar fuera de su patria, un lugar distante, pero cercano y ya sólo por el hecho de haber nacido en ella les pertenece, por derecho.

 

Foto portada: SOGAPS

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