¿Todavía quedan hipotecas competitivas?

hipotecas

Cuando hace unos años se hablaba de hipotecas sin comisiones de ningún tipo, de diferenciales del 0,50 sobre el Euribor y menores, parecía lo más normal del mundo.

Pero la llegada de la crisis, unida a los graves problemas de las entidades financieras en temas de obtención de beneficios, han hecho que estas se vean forzadas a incrementar los diferenciales en las operaciones de crédito o préstamo, a pagar menos en las de ahorro y a cobrar comisiones por todo, incluso por respirar dentro de las oficinas.

Lo que era habitual en el mundo de las hipotecas ya ha pasado a la historia, ¿o no?

Si escudriñamos en las diferentes ofertas hipotecarias del mercado vemos que la media de los diferenciales que se aplican a las hipotecas está por encima del +2,75 (hablamos en términos de media). Donde antes no se cobraba comisión de apertura o era testimonial de un 0,25%, ahora no baja del 1%. Incluso se cobra en ocasiones comisión por gastos de estudio cuando antes ni se planteaba eso. A todo esto le unimos que antes la vinculación exigida a los hipotecantes era mínima mientras que ahora es como firmar un testamento.

Pero si entramos más al detalle dentro de las ofertas hipotecarias vemos que hay una serie de excepciones que aún permiten conseguir hipotecas competitivas, no con las condiciones de hace 5 o 10 años, pero si bastante aceptables.

¿Qué casos serían estos?

Dos son las situaciones que nos encontramos en las cuales las condiciones de las hipotecas son competitivas, incluso puede que como las de antes de la crisis:

  • Que el inmueble a adquirir e hipotecar pertenezca a la cartera de inmuebles de la entidad en la que solicitamos la hipoteca.
  • Que nuestro perfil profesional nos permita ser incluido en un colectivo o grupo al cual se le conceden  condiciones especiales por su pertenencia.

En el primer caso, está claro que se juntan dos intereses a la vez: el hipotecante que quiere adquirir una vivienda en buenas condiciones económicas y el banco que quiere deshacerse cuanto antes de una vivienda que le está generando gastos y lastra sus balances.

hipotecas bancosEste tipo de hipotecas las encontramos en prácticamente todas las entidades financieras porque a todas, en mayor o menor medida, les han tocado ‘los ladrillos’.

Las condiciones son muy similares a las de la precrisis: porcentajes de financiación que superan el 80% del precio de compraventa o valor de tasación, plazos de amortización de la hipoteca que en ocasiones llegan a los 40 años y que superan siempre a los 25-30 de máximo que es ahora lo habitual, sin comisiones de apertura ni gastos de estudio,…. Lo que si ha cambiado para todos los hipotecantes es el hecho de que ahora se pide mucha más vinculación de productos que antes.

Los diferenciales que hemos visto en las hipotecas de estos inmuebles son inferiores de media al 1% con lo cual podemos afirmar que estamos en una horquilla de condiciones muy cercana a lo que había antes de la crisis.

La segunda posibilidad de conseguir hipotecas con condiciones competitivas es el de pertenecer a un determinado colectivo.

Las entidades financieras son dadas a crear colectivos por diferentes criterios: por pertenecer a una determinada profesión, por trabajar en una determinad empresa con la que se ha llegado a algún convenio para sus empleados o, simplemente, por residir en una zona determinada.

No todos los convenios son iguales, ya que todos los perfiles profesionales (y por lo tanto los ingresos de los miembros de ese colectivo tampoco lo son) tampoco lo son. Hemos visto como hay niveles diferentes de convenios y colectivos que permiten conseguir mejores o peores condiciones a la hora de pedir la hipoteca, pero todos tiene  en común que en mayor o menor medida son mejores condiciones que se le ofrecen a los clientes que entran por la puerta un día cualquiera.

Colectivos de funcionarios que en casi todas las entidades poseen condiciones especiales. Acuerdos con colegios profesionales para que todos sus miembros tengan mejores condiciones. A personas que residan en una determinada localidad con empadronamiento en ella incluido.  Cualquiera de estas circunstancias son ejemplos que pueden hacer que estemos perteneciendo a un colectivo con mejores condiciones a la hora de pedir una hipoteca y no lo sepamos.

Por lo tanto, si vas a adquirir una hipoteca te damos dos consejos si quieres tener mejores condiciones de lo que es ahora habitual:

  • Pásate por diferentes entidades y pregunta que inmuebles tienen en su cartera. Puede que te lleves gratas sorpresas
  • Cuando ya te hayas decidido por el piso que quieres comprar, analiza si perteneces a un grupo profesional o tienes alguna característica personal o tu empresa que te permitan ser susceptible de estar ‘colectivizado’ por una entidad financiera.

Lo que está claro es que si entras libremente por la puerta de al entidad, no creemos que nadie de la oficina bancaria te diga si eres miembro de un colectivo o no s tu no se lo preguntas.

 

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