Ribeira Sacra: Gastronomía entre agua y montaña

La Ribeira Sacra, con sus cañones fluviales y empinadas laderas, no solo forja vinos de renombre, sino que nutre una cocina de contrastes. El agua pura del Sil y del Miño, los bosques de castaños y robles y la tradición de la matanza del cerdo confluyen en recetas que son auténticos manjares, nacidos de la simbiosis entre paisaje y cultura local.

1. Embutidos de la matanza: chorizo, jamón y morcilla

La matanza tradicional en la Ribeira Sacra abastecía el año entero de chorizos, jamones, salchichones y morcillas, elaborados con carnes seleccionadas y ahumados suavemente sobre leña de roble y castaño. Estos embutidos, de textura jugosa y aromas intensos, se pueden degustar en ferias locales o adquirir en los pequeños secaderos de Sober y Parada de Sil. Con cada loncha, se celebra un ritual ancestral que unía a las familias en torno al fuego del hogar.

2. Del río al plato: trucha y lamprea

Los ríos Sil y Miño han sido fuente de truchas y lampreas, pescadas a mano y consumidas desde la época romana. La trucha, asada al horno envuelta en hoja de parra o frita con ajos y vino blanco, conserva su jugosidad y matices minerales del agua de la Ribeira. La lamprea —considerada un manjar ibérico— se cocina en su propia sangre con vino tinto y cebolla, una receta de herencia monástica que aparece en muchos menús de parranda local.

3. Bica mantecada de Castro Caldelas

En el corazón de la montaña ourensana, Castro Caldelas produce una bica mantecada de corteza dorada y miga húmeda, elaborada con manteca local y sin apenas aromatizantes. Este bizcocho legendario, servido en el desayuno o con un café, celebra el oficio de los hornos tradicionales y las fiestas veraniegas. Su sencillez esconde un gran sabor, y cada bocado evoca las campanas románicas y los muros graníticos de la comarca.

4. Dulzura de castañas y miel

Los bosques de castaños regalan un fruto que, asado o en caldo, aporta energía durante la vendimia y los trabajos de invierno. La “Castaña da Ribeira Sacra” se convierte también en harina y pasta para postres rústicos. Acompañada de miel de los colmenares de montaña —con matices de brezo y jara—, la castaña forma cremas y tartas que rememoran la recolección primaveral y el saber de los apicultores locales.

5. Maridaje con vino Mencía

Desde 1996, la Denominación de Origen Ribeira Sacra impulsa la mencía en laderas heroicas. Su frescura, notas florales y taninos suaves armonizan con embutidos, pescados de río y postres de miel. Las bodegas familiares y las “garagistes” recuperan viñas viejas para crear vinos que hablan del terroir escarpado. Un sorbo de mencía en el mismo viñedo donde se ha degustado la lamprea hace que cada receta y cada paisaje se fundan en una experiencia sensorial única.


La gastronomía de la Ribeira Sacra es un reflejo de su geografía: agua viva, montañas escarpadas y un pasado monacal que imprimió técnicas culinarias tan singulares como la lamprea en sangre. Degustar sus platos es viajar por sus cañones, caminar entre viñedos y recorrer los claustros románicos con todos los sentidos.

¡Descubre estos sabores y déjate maravillar por la auténtica cocina entre agua y montaña!

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