La sensación de decorar

Belén de Miguel

 

…Qué difícil escoger el primer tema para hablaros de decoración y es que hay tantos y todos me gustan tanto…!!!

Pero al final me he decidido y he escogido abordar el tema de la decoración a partir de los sentimientos, sí porque la decoración, el interiorismo, la ambientación, la escenografía, etc. nos hace sentir, imaginar, recordar.

SLIDE-PINZASWEB

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La decoración son sentimientos, así para empezar, sin más.

Lo primero que nos ocurre con la decoración es que nos produce sensaciones y una vez hayamos dedicado un artículo a ese concepto podremos proseguir con el resto.

La decoración nos condiciona, todos sabemos que no nos comportamos igual (vestimenta, adornos, tono de voz, expresión, etc.) en todos los ambientes. Si sé que voy a cenar a un restaurante 3 estrellas y además me acompañan mis suegros no iré igual vestida que si me voy a celebrar mi cumpleaños con mis amigos al “gin-bar” de turno. Mi tono de voz en un museo no es igual que cuando voy al karaoke y así podríamos seguir con un sin fin de ejemplos.

Innovacion

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Sólo por eso merece la pena decorar. Crear espacios que transmitan sensaciones es un arma poderosa que engancha y enaltece al que lo hace. El Creador de la obra suele ser como en otros casos una triada: cliente receptivo+decorador creativo y resuelto+presupuesto acorde con lo encargado (no vale querer el Ritz con el presupuesto de un furancho, ya me entendéis).

Decorar es fantástico y es fantástico porque hace la vida más agradable. Crea espacios funcionales y atractivos, espacios a medida para la gente que los habita. Y es que la obra es del decorador hasta que el promotor coloca su primer objeto personal; entiéndase la toalla a juego con el alicatado de un baño, el libro en el mueble, las perchas en la boutique, el pan en las panaderías, etc.

Agrupar jarrones blancos

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Entonces el decorador siente su obra entregada y perteneciente a su verdadero dueño, el cual comenzará a sentir cuando disfrute de su encargo.

Sólo eso, que las personas sientan alivian al decorador de su sensación de vacío por la obra entregada y sólo otro encargo ocupará ese hueco.

Y así todos sentimos con la decoración.

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