La escenificación de la pasión en Rubiá congrega más de medio millar de personas

Más de medio millar de personas pudieron contemplar en vivo la magnífica representación de la pasión y muerte de Jesucristo, escenificada por más de 50 actores.

Con esta se culmina la undécima edición. Todo comenzó a la hora señalada, 17,30 horas del pasado viernes, en una plaza del pueblo que dista aproximadamente 1.200 metros del lugar en donde sería crucificado Jesucristo. Allí se fueron congregando cada vez más personas que siguieron hasta el final una a una todas las escenas.

Los actores son gente de las diferentes parroquias y algunos allegados que de forma voluntaria se prestan a defender cada cual el papel que le toca representar. Sin duda, la preparación requiere de horas de trabajo y esfuerzo. Su respuesta escénica no envidia la de actores profesionales, viven y se transforman en el personaje hasta el punto de hacer sentir al público lo que están representando. Es muy complicado articular y poner en escena a tantos actores de una forma ordenada, pues no olvidemos que ninguno es profesional y no solo tienen que memorizar un guión, hay muy poco margen para la improvisación. Se cuida hasta el más mínimo detalle en lo que podríamos llamar coreografía. La dirección corre a cargo del afanado Sacerdote (D. Herminio) fundador de la representación, que conoce como nadie las dotes escénicas de cada uno de los actuantes y les destina el papel a medida.

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Todos los actuantes tienen un protagonismo especial, pero hay que destacar la figura de Jesús (Jorge) que se olvida plenamente de sus labores de panadero para convertirse en JESUCRISTO, protagonista indiscutible de principio a fin. Él empieza arengando a sus discípulos. Encarga a Pedro que le vele mientras ora, Pedro agotado acaba durmiéndose, Jesús le despierta y recrimina a un Pedro asustado que vuelve a ser presa del sueño. Pronto llega el discípulo Judas que con un beso cruel le delata para que sea apresado y llevado ante Caifás. Allí es acusado injustamente por el Sanedrín, Caifás termina enviándolo a Pilato que se niega a juzgarlo, pero la presión de los presentes hace que aflore su cobardía y lo envía ante el vividor y repugnante Herodes, que se en presencia de sus mujeres se mofa y burla de él hasta la saciedad, devolviéndolo de nuevo a Pilato, que dejándose llevar por el griterío se lava las manos y permite que se humille y golpee a Jesús entregándolo para que siga siendo azotado, En este momento reacciona el traidor Judas que con el corazón contrito termina arrojando las monedas que le han sido entregadas por delatar a Jesús. Los soldados se ensañan con Jesús, lo atan a un madero y al primer latigazo lo derrumban y así hasta que terminan colocándole una corona de espinas y le hacen cargar con una Cruz, ante la mirada atónita de los presentes empieza a caminar hacia el monte de los olivos. Se cae y los Soldados hacen que Simón de Cirene cargue con la Cruz, sigue siendo azotado y burlado por los soldados y termina cayéndose de nuevo con la aparición de la Verónica. Continúa el camino y Las mujeres que le acompañan Entre ellas María, rompen a gritos ante su tercera caída. Termina llegando al sitio donde va a ser crucificado y allí lo desnudan y lo suben a la Cruz, entra aquí una de las escenas más conmovedoras.

María, una mujer desesperada, cansada, impotente después de todo el suplicio que tuvo que soportar, termina viendo a Jesús en la cruz, no puede más y rompe en un llanto esquizofrénico y amargo totalmente desencajada. (su actuación es tan completa que parece rozar la realidad ). Llega a muchos de los asistentes que no pueden contener la emoción dejando caer alguna lágrima.

Finalmente, Jesús es bajado de la Cruz, en donde vuelve a ser su madre la que se lance sobre el de una forma sobrecogedora, ve como le envuelven en un lienzo para transportarlo al Sepulcro.

M.A.

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