2015: uno de los años más cálidos y secos de su historia reciente de Galicia

  • La conselleira de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Beatriz Mato, visitó ayer en A Coruña el Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia, donde hizo balance de las condiciones meteorológicas del último año
  • De los doce meses, siete fueron catalogados cómo cálidos, tres cómo normales y dos fueron considerados fríos
  • El año 2015 fue fundamentalmente seco, con unas precipitaciones globales un 26% por debajo de los valores normales
  • Siete meses se clasificaron cómo secos, a los que se suma junio, que tuvo un comportamiento “muy seco”
  • El mes de diciembre fue el que más anomalías presentó, tanto en lo que se refiere a temperatura como a precipitaciones
  • El departamento autonómico invirtió 2 millones de euros el pasado año en dotar a este laboratorio de equipación e instrumentación, una apuesta que se reforzará en este ejercicio con un presupuesto de 3,5 millones de euros

dia-soleado-300x145El balance meteorológico de 2015 refleja que fue uno de los años más cálidos y secos de la historia reciente de Galicia. Su temperatura media fue de 14,4 grados centígrados, un grado por encima del promedio climático, lo que lo convirtió en uno de los cinco años más cálidos de las últimas tres décadas. Además, las precipitaciones globales se situaron un 26% por debajo de los valores normales.

Así lo expuso ayer la conselleira de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Beatriz Mato, durante su visita al Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia, donde realizó un balance climático del año que viene de rematar.

En lo que a temperatura se refiere, concretó que de los doce meses, siete fueron catalogados cómo cálidos (abril, mayo, junio, julio, octubre, noviembre y diciembre), tres cómo normales (enero, marzo y agosto) y dos cómo fríos (febrero y septiembre).

Para realizar esta clasificación, se compara la temperatura media de cualquier mes con el promedio del mismo mes de los años 1971-2000. Si la temperatura del mes analizado es superior entre medio grado y tres grados, se considera cómo cálido. Si, por lo contrario, está entre medio grado y tres por debajo, es catalogado cómo frío. Y, se está medio grado arriba o abajo, se tratará de un mes “normal”.

Mato abundó en otro punto: los meses fríos no lo fueron especialmente, pero los cálidos sí consiguieron niveles elevados. Cuatro de ellos (abril, junio, noviembre y diciembre) superaron en más de dos grados a temperatura media habitual y dos de ellos (abril y diciembre) estuvieron a punto de considerarse “muy cálidos”, esto es, más de 3 grados por arriba del promedio.

En lo que se refiere a las precipitaciones, la conselleira señaló que 2015 fue “predominantemente seco”. La precipitación media fue de 982 litros por metro cuadrado, una situación que no se daba desde 2007.

Siete de los doce meses fueron secos (febrero, marzo, abril, mayo, julio, noviembre y diciembre). Esto quiere decir que las precipitaciones fueron entre un 10 y un 70% menos abundantes del habitual. El mes de junio fue “muy seco”, con precipitaciones un 70 por ciento por debajo de los valores habituales. Por su parte, septiembre y enero fueron “normales”; mientras que agosto y octubre fueron clasificados cómo húmedos, dado que registraron precipitaciones entre un 10 y un 90% superiores al promedio.

Tomando como referencia las estaciones, el 2015 comenzó con un invierno seco y ligeramente frío. A partir de la primavera, especialmente del mes de abril, se comenzaron a manifestar temperaturas más altas de lo habitual, siendo la segunda primavera más cálida desde 1997 y la más seca de los últimos 25 años. El verano fue también cálido y seco, aunque con un comportamiento poco uniforme, ya que junio fue el único mes “muy seco” y agosto fue el más excepcionalmente húmedo. Por último, el otoño fue seco y cálido, principalmente debido al mes de noviembre, en el que ciudades como A Coruña u Ourense batieron registros históricos de temperatura.

Anomalías en el mes de diciembre
El mes de diciembre fue el que presentó más anomalías, según explicó Mato. Con la llegada de masas de aire norteafricano, los termómetros llegaron a alcanzar los 20 grados centígrados. El valor medio fue de 13,6 grados, 2,7 grados por encima de los valores habituales, lo que convirtió a este mes en el diciembre más cálido del período 1961-2015.

También fueron sorprendentes los valores medios de las temperaturas mínimas en algunas zonas de Galicia. En el litoral se consiguieron valores próximos a los 14 grados. Además, en áreas como la Marina lucense o el este de la provincia de Lugo, las temperaturas estuvieron 4,5 grados por encima de los valores habituales en un mes de diciembre.

En cuanto a las precipitaciones, fueron escasas, pero con una gran diferencia entre la mitad este y oeste de la comunidad. En las provincias de Pontevedra y en el sur de A Coruña fueron prácticamente normales, pero en la mitad este y norte de A Coruña el ambiente fue “muy seco”. En general, el valor medio para el conjunto de Galicia fue un 54% inferior al valor esperado, especialmente en el litoral lucense y en la comarca de Valdeorras, donde se registraron cifras un 90 por ciento inferiores al esperado.

Inversiones en el Laboratorio
La conselleira hizo hincapié en la relevancia de contar con datos fiables como estos. Su investigación y control, tal y como se realiza en este Laboratorio, “permiten comprender los patrones de comportamiento de los fenómenos meteorológicos y realizar análisis de la calidad del aire o de las aguas. En definitiva, nos ayudan a conocer nuestro contorno, a anticiparnos la posibles circunstancias adversas y a conservar mejor el medio ambiente”.

Por eso, el departamento autonómico está apostando “firmemente” por la consolidación y mejora de estas instalaciones, punteras a nivel europeo y de referencia en Galicia. Prueba de esto, es que en 2015 invirtió en este laboratorio más de 2 millones de euros para dotarlo de equipación e instrumentación analítica de última generación. Ese compromiso reforzarse este año con una dotación de 3,5 millones de euros para mejorar las instalaciones: se automatizarán los procesos analíticos para mejorar la eficiencia sin disminuir la calidad y fiabilidad de los datos; se adquirirá nuevo material; se mejorará a trazabilidad y fiabilidad de los resultados; y se ampliarán las instalaciones para adaptarlas a las necesidades de los procesos analíticos, evitando la contaminación cruzada de muestras.

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